lunes, 9 de diciembre de 2013

LEYENDAS DEL BASKET DEL REAL MADRID (6): WALTER, EL TIRADOR LETAL

Después de tres años de veto de jugadores extranjeros para las competiciones nacionales, la apertura de fronteras volvió en la temporada 1973-74, permitiéndose un jugador foráneo por equipo. El Real Madrid, de la mano del genio Ferrándiz una vez más, fichó a un tal Walter Szczerbiak, alero blanco de 198 cmts, con fama de ser un gran tirador de media y larga distancia. El Barcelona, siempre intentando desbancar el dominio apabullante del conjunto blanco de manera infructuosa hasta entonces, se había reforzado con una estrella de relumbrón, el puertorriqueño Héctor Blondet, que había destacado en los Juegos Olímpicos de Munich-72, y se las prometían muy felices. La casualidad quiso que el primer enfrentamiento de la Liga fuese entre los eternos rivales, en el pabellón de la antigua Ciudad Deportiva del conjunto merengue. Dada la superioridad de ambos clubes sobre el resto de los participantes, cobraba vital importancia no sólo la victoria, también la diferencia que pudiera haber al final del partido por aquello del basket average particular. Las espadas estaban en todo lo alto para un choque que se preveía duro e igualado, a cara de perro. Nada más lejos de la realidad: un aplastante y humillante 125-65 -¡60 puntos de diferencia!- a favor del equipo madrileño dejó sentenciada la competición en la primera jornada, con 46 puntos y un extraordinario índice de efectividad desde el perímetro del recién incorporado Walter, que martilleó una y otra vez el aro barcelonés de manera inmisericorde. Así fue el primer partido oficial de Walter y su presentación ante la afición merengue, algo realmente espectacular.

Nacido en Hamburgo (Alemania), en 1949, pero de nacionalidad americana, Walter era un alero de una enorme calidad técnica y está considerado uno de los grandes jugadores americanos de la historia del baloncesto en Europa. Formó un dúo temible y demoledor junto a Brabender, siendo los mejores aleros del viejo continente durante los siete años que permaneció en el Real Madrid, hasta la temporada 79-80, consiguiendo títulos y récords que aún permanecen, como el de máxima anotación individual en un partido de Liga: 65 puntos frente al Breogán, cuando no existía el tiro de tres puntos, en la temporada 75-76. En el equipo blanco consiguió los siguientes títulos:
-Tres Copas de Europa: temporadas 73-74, 77-78 y 79-80.
-Cuatro Ligas de España: temporadas 73-74, 74-75, 75-76 y 76-77, los años que jugó esta competición.
-Copa de España: campeón en la temporada 76-77.
-Tres Copas Intercontinentales: temporadas 75-76, 76-77 y 77-78.
-Dos veces subcampeón de Copa de Europa: temporadas 74-75 y 75-76.
-Máximo anotador en un partido de Liga: 65 puntos en la temporada 75-76.

Jugador elegante, frío aparentemente y con una muñeca prodigiosa, pudo conquistar más títulos de no ser por una discutible decisión de preferir a otro en su lugar para la Liga, utilizando a Walter sólo en competiciones europeas en sus tres últimas temporadas blancas. Su fichaje supuso el inicio de la segunda edad de oro del conjunto merengue, tras cuatro años de ostracismo internacional. Alcanzó 5 finales de Copa de Europa en sus 7 años con el Real Madrid, consiguiendo siempre anotaciones importantes: 14 puntos (victoria de 1974), 16 puntos (derrota de 1975), 24 puntos (derrota de 1976), 26 puntos (victoria de 1978 y máximo anotador de la final) y 16 puntos (victoria de 1980), con una media en las finales de 19`2 puntos por partido. Precisamente, la victoria de la Copa de Europa de 1980, el 23 de marzo en Berlín, fue su último partido con el conjunto madridista, despidiéndose a lo grande con el séptimo entorchado europeo del Real Madrid. Nacido para encestar, todavía se conserva el regusto de comprobar sus dotes de atacante, su tiro en transición y la finura de su puntería para hacer pasar el balón por el aro. Toda una estrella que dejó una huella indeleble. Todo un caballero.


José Quijada Rubira.