viernes, 24 de abril de 2015

PODEMOS O LA NEGACIÓN DE ESPAÑA

A nadie con un mínimo de objetividad y que esté al corriente de los sucesos que ocurren en España se le puede escapar la corrupción existente en los partidos políticos, que extienden sus egoísmos, prebendas y sinecuras como tentáculos sobre la sociedad, asfixiándola, convirtiendo el Estado en absorbente y explotador, utilizando los gobernantes el poder público para repartir destinos a capricho entre amigos y electores, acribillando a impuestos a enemigos y neutrales. Es el Estado-botín que decía Maeztu, en contraposición al Estado-servicio que busca la justicia armonizando los intereses del pueblo. Todos los partidos políticos han copiado el cliché y siguen el camino ya trazado en estos cuarenta años de mal llamada democracia española. Y Podemos no es una excepción... en este aspecto.

Decía Menéndez Pelayo que “Donde no se conserve piadosamente la herencia de lo pasado, pobre o rica, grande o pequeña, no esperemos que brote un pensamiento original, ni una idea dominadora”. Y es aquí donde el nuevo partido marxista llamado Podemos entra de lleno, negando los logros de España a lo largo de su Historia, renegando de su civilización y raíces cristianas, de su imperio y de sus glorias, de su inmenso hacer e importancia en el transcurso de los siglos, de su aportación a la humanidad. Esta banda de trepas marxistas financiados por regímenes tan abyectos y faltos de libertades como Venezuela o Irán, quieren borrar cualquier vestigio o señal que les recuerde a España. Así, quieren finiquitar la Semana Santa, la Navidad, las Fallas, los toros, el himno nacional (“cutre pachanga fachosa” para su líder Pablo Iglesias), la bandera roja y amarilla (adoptada en 1785, en la época de Carlos III). Además, favorecen la aparición de mezquitas y el culto al islamismo, como la mezquita chií que quieren construir en Madrid como contraprestación a las subvenciones que reciben del régimen chiíta de Irán, en detrimento del catolicismo y de su iglesia, de la tradición, cultura y ser de España. Para Podemos fue una pena que la Reconquista tuviese éxito y que Lepanto acabase en una victoria absoluta sobre la amenaza musulmana; la Hispanidad es una aberración y nuestro imperio “donde no se ponía el sol”, una vergüenza. También se muestran comprensivos con la violencia de ETA que, según Pablo Iglesias,  tiene “explicaciones políticas”, aprovechando cualquier motivo para defender y manifestarse a favor del terrorismo etarra. “Místicos en el credo y cínicos en la crítica” como dijo el gran Chesterton.


Pero en esta época de insustancialidad ideológica e inexistencia de principios, huérfanos de toda moral y ética, propagada la peste del indiferentismo,  la sacralización de Podemos por ignorantes y desconocedores de lo que es España encuentra sus adeptos y acompañantes: resentidos, negadores y anormales que se mueven por impulsos destructores, con sus cerebros hechos papilla; una cofradía de garrapatas progres y sabandijas con complejo que animalizan y anatematizan a quien pone al descubierto su anorexia intelectual y su déficit de conocimiento absoluto. En su monumental y profética “Defensa de la Hispanidad”, el escritor Ramiro de Maeztu ya explicaba que “Las naciones se engrandecen por acumulaciones sucesivas de acciones valiosas, que aumentan su valor original…Dejamos que nuestros máximos valores espirituales se convirtieran en polvo y olvido, como si fuéramos un pueblo extinguido”. Y esa extinción es lo que pretende Podemos, cuyos propósitos son antagónicos con España. Su irrupción es un trágala perpetuo, una amenaza incesante, un permanente insulto. Esperemos que el impulso suicida de España sea detenido a tiempo. 


José Quijada Rubira

martes, 3 de febrero de 2015

EUROPA, ATRAPADA EN LA TELA DE ARAÑA DEL ISLAM

Europa siempre ha sido el muro de contención del islamismo que, desde la muerte de Mahoma en el 632, se expandió fuera de la península arábiga con intención de destruir toda civilización que se encontrara a su paso, como así pasó con el Imperio Bizantino que, tras casi mil años de lucha y salvaguardia de los valores del cristianismo de la Europa Occidental, fue arrasada Constantinopla, su capital, en el año 1453, quedando el camino expedito a las hordas de los turcos otomanos para la conquista de todo el viejo continente. Pero apenas cuatro décadas después, el 2 de enero de 1492, con la unificación de España por los Reyes Católicos y la victoria total sobre los musulmanes invasores tras casi ocho siglos de Reconquista (722), sería la misma España y su fe cristiana la que se elevaría como el escudo protector de la civilización occidental ante el peligro y la amenaza islamista. A través de figuras únicas e irrepetibles como Carlos I y Felipe II, que supieron comprender y discernir el momento tan delicado en que se encontraba Europa, España supo erigirse en el paladín de los valores y la cultura cristiana del viejo continente haciendo frente y derrotando a los turcos en Lepanto, el 7 de octubre de 1571, “la más alta ocasión que vieron los siglos”.

Pero la Europa de hoy nada tiene que ver con su historia pasada. Sus valores tradicionales basados en la filosofía griega, el derecho romano y la religión cristiana han sido enterrados y sustituidos por un relativismo en el que se banaliza con el bien y el mal; un relativismo que ha destruido todo principio y escala de valores para devenir en una entelequia llamada multiculturalismo,  que es una trampa sin salida posible; un relativismo que se ha convertido en el ídolo de barro de la enferma Europa actual, en el nuevo Becerro de Oro de una Europa desnortada, adocenada, cobarde y chata que bajo la apariencia de la diversidad cultural o el pacifismo, es, en el mejor de los casos, la excusa para no intervenir y atajar de raíz el islamismo usurpador. No hay más que ver los últimos actos terroristas de París y la reacción medrosa a afrontar la verdad sin ambages. No es que Europa no quiera ver la solución, es que ni siquiera quiere ver el problema que, como un boomerang, vuelve a ella una y otra vez y le atiza en la frente, como la infección de la herida enconada se vuelve siempre contra quien pretendió cerrarla en falso. La escritora y periodista Oriana Fallaci ya calificó a Europa como una futura “Eurabia repleta de cretinos”. Efectivamente, unos 54 millones de musulmanes viven en Europa y en 12 años serán un 25% de la población total, con naciones como Francia y Alemania donde hay más islamistas que católicos, cerrando decenas de iglesias mientras se abren mezquitas. En Gran Bretaña, el islam supera al anglicanismo como religión dominante. Holanda, Bélgica, Dinamarca… tienen graves problemas. En todos estos países, guetos musulmanes son controlados por fanáticos religiosos que imponen la sharia y la policía no se atreve a entrar en sus barrios ni entorpecer sus “leyes”. En la Ámsterdam que una vez fue tolerante, ahora se castiga a los gays, por parte, exclusivamente, de los musulmanes. En Francia, a los maestros de escuela se les recomienda no introducir autores que se puedan considerar ofensivos a los musulmanes. En Inglaterra, los tribunales “sharia” han pasado a ser parte oficial del sistema legal británico. En Suecia, en un comunicado de siete páginas, los musulmanes piden que la ley islámica debería ser institucionalizada, mezquitas pagadas por el Estado, escuelas especiales para islamistas, piscinas con horario diferente para niños y niñas, que se respete el calendario musulmán… Somos cautivos de los islamistas, que nunca han intentado integrarse ni económica ni social ni políticamente, y que vienen para que nuestra sociedad se integre a su Dar-al-Islam.

Mientras los musulmanes tienen a Europa atrapada en su tela de araña y amenazan con clavarle sus mortíferos quelíceros, la mayoría de los líderes del viejo continente siguen reduciendo el problema a la libertad de expresión, mostrando al Islam como “pacífico y tolerante”. Por eso su profeta Mahoma era un jefe guerrero, asesino de masas, pedófilo, que asesinaba a sus enemigos o ejecutaba a sus prisioneros de guerra. Fue Mahoma en persona quien ejecutó a la tribu judía de Banu Qurayza. Su pensamiento es este: Si es bueno para el Islam, todo está bien. Y si es malo para el Islam, todo está mal. Winston Churchill comparó el Corán con el “Mein Kampf”, refiriéndose al Islam como “la fuerza más retrógrada en todo el mundo”. Pero ya no quedan en Europa gigantes de su talla, sólo liliputienses y tontos útiles, a pesar de las advertencias por parte de reputados personajes expertos en el Islam como Samir Khali Samir, jesuita egipcio que fue asesor de Benedicto XVI en temas de Oriente Medio, o monseñor Amel Nona, Arzobispo de Mosul. Es hora de copiar a Japón, único país del mundo que no tiene problemas con el Islam debido a sus leyes anti-islam: no se da ciudadanía ni residencia permanente a los musulmanes; prohibida la propagación del Islam y el estudio de su idioma o religión en las Universidades; no se puede importar “El Corán” en idioma árabe; los musulmanes no pueden ni siquiera alquilar una casa en Japón… Todo un ejemplo a seguir.

El gran pensador Chesterton, en su imbatible y monumental “El hombre eterno”, explica que la Fe cristiana ha tenido cinco muertes a lo largo de su historia: el arrianismo (siglos IV y V); cruzadas albigenses (siglo XII); Humanismo (Renacimiento); Voltaire y, por último, Darwin. Pienso que estamos en la sexta muerte de la Fe, apartada y olvidada ante esa mentira elevada a la categoría de verdad absoluta que es el relativismo y sus múltiples versiones de buenismo, multiculturalismo y demás idiotismos que engañan y confunden al gurruño infrahumano en que se ha convertido el viejo continente. El mismo Chesterton dijo que “Cuando por cualquier razón lo bueno de una sociedad deja de funcionar, la sociedad empieza a declinar”. Pero también nos dejó un hálito de esperanza: “La Fe fue arrojada a los perros, pero fueron los perros los que perecieron”. Esperemos que los perros islamistas perezcan de nuevo. No hay otro camino.


José QUIJADA RUBIRA.


martes, 23 de diciembre de 2014

NO TODO ES VÁLIDO POR EL DINERO, FLORENTINO PÉREZ

Ha pasado casi desapercibida la siguiente noticia: “El Real Madrid elimina la cruz que preside el escudo del equipo en el mercado musulmán. La modificación del emblema sólo será efectiva en establecimientos, instalaciones o actividades en las que participe el Real Madrid en países de mayoría musulmana”. Como todo mal se banaliza a favor de esa gangrena del siglo XXI llamada relativismo, pocos han alzado la voz contra tamaña afrenta y ultraje a la institución blanca, llevada a cabo por su propio presidente Florentino Pérez, a excepción de alguna agrupación católica como la “Asociación Enraizados”  y algún debate en las redes sociales. El dislate es tal que, siguiendo las mismas premisas absurdas en las que se fundamenta, cuando se firme un contrato o se vaya a realizar algún partido o acto en un país republicano, se debería quitar la corona del escudo por respeto a la República de ese lugar; o, cuando se vaya a Cataluña, quitar la eme del escudo para no herir a los catalanes que dicen “Madrid nos roba”; o, puesto que la cruz se quita en países de mayoría musulmana, que éstos eliminen la media luna de sus escudos cuando visiten naciones con mayoría cristiana, para no sentirnos ofendidos. Claro está que esto último nunca se atreverán ni siquiera a pensarlo, no sea que los pacíficos musulmanes se enfaden y empiecen una de sus muchas yihad y acaben decretándonos la guerra santa.

No es discutible que Florentino Pérez ha logrado que el Real Madrid regrese a lo más alto del escalafón mundial, no sólo en cuanto a fútbol, sino a clubes deportivos en general, pero tampoco es cuestionable que hay asuntos sagrados sobre los que no se puede renunciar jamás, como la corona con la cruz que el Rey Alfonso XIII, el 29 de junio de 1920, concediese el título de Real, mediante documento público. A partir de entonces, salvo el periodo de la II República que obligó a su desaparición al prohibir todos los símbolos monárquicos, el Real Madrid adoptó y exhibió la corona con la cruz en el escudo.

Y es que con Florentino Pérez, cuando honra y provecho entran en conflicto, vale el consejo malvado de Celestina a Areúsa: “Honra sin provecho no es sino como anillo en el dedo; e pues entrambos no caben en un saco, acoge las ganancias”. Creo sinceramente que a Don Santiago Bernabéu le avergonzaría como se ha cambiado un trozo del escudo por un plato de lentejas; le alarmaría la ligereza de una decisión que no debe tomar una sola persona o directiva porque traspasa sus funciones y poderes; le entristecería ver cómo hemos llegado a esta postración, incomprensible sin lo odiosa indolencia de quienes se someten a los dictados de una negociación. Bernabéu dijo que “…personalmente, no hice jamás la menor de las concesiones”. Aprende un poco, Florentino Pérez, del gran prohombre que hizo posible el club más grande de todos los tiempos.



José Quijada Rubira.

martes, 16 de diciembre de 2014

CUANDO DENIGRAR A ESPAÑA SALE GRATIS

Insultar, desprestigiar y renegar de España se ha convertido en moda, en una fiesta de los mal nacidos con cuya música baila una sociedad intelectualmente desarmada, como gallinas sin cabeza, decapitadas en su pensamiento e identidad. La consabida piara que hociquea en la cochiquera deja comentarios contra España envueltos en la hez del resentimiento y el odio más rastrero y abyecto. Esta patulea de envidiosos gusarapientos, carentes de cualquier conocimiento, dignidad y moral, se dedica a denostar y afrentar nuestra patria, y animalizan a quien no comulga con las consignas y falsedades que suplen todo pensamiento genuino, discurso o matiz. Y lo más grave de toda esta tragedia es el sedicente Gobierno de derechas, ayuno de decisión y valor, sobrado de excusas y cobardía, que se doblega una y otra vez ante los ataques y ofensas a España, banalizando el mal que opera mediante los tópicos recurrentes del buenismo,  premiando incluso a algunos de estos excrementos que insultan a España, renunciando a su poder y cuestionando la existencia y grandeza de nuestra gloriosa nación. Decía Chesterton que, “cuando por cualquier razón lo bueno de una sociedad deja de funcionar, la sociedad empieza a declinar”. Veamos unos pocos ejemplos significativos de este declive que ya huele a cadáver putrefacto:

-El museo del Prado considera el levantamiento heroico del pueblo español contra el invasor francés del 2 de mayo de 1808 obra de “grupos exaltados y reaccionarios”. Mantilla, Jefe del Departamento de Dibujos y Estampas del museo, afirma en su texto de la web del Prado que “el 2 de mayo de 1808 grupos exaltados de pueblos de Madrid, instigado por sectores reaccionarios de la nobleza y la iglesia”. Además, Mantilla considera que los sitios de Zaragoza, de nuevo un ejemplo de heroísmo que maravilló hasta a los generales napoleónicos, es “un asedio que pudo resistir, sangrienta y quizá innecesariamente, a juzgar por las terribles consecuencias que supuso para la población”.
-Bildu manipula la historia de Guipúzcoa al mutilar sus escudos. Elimina los cañones ganados a Navarra en 1512 por “simbolizar la pérdida de libertad”. La figura del Rey, del blasón original, también fue borrada.

-La Generalidad retira la estatua de Isabel II del Palacio Real de Pedralbes. La última depuración histórico-escultórica  del nazionalismo (con zeta) catalán, de donde ha desaparecido la escultura de Isabel II con Alfonso XII en brazos que lucía sobre un notorio pedestal junto a la entrada principal del Palacio. Su intención es sustituirla por la escultura republicana encargada por Francesc Maciá, una alegoría de las libertades republicanas. La sustitución de las estatuas es, según fuentes de la Generalidad, “una muestra de terreno conquistado”.

-Barcelona insta a Madrid a retirar la estatua de Blas de Lezo. Los catalanes argumentan que se homenajea a un militar que bombardeó  la Ciudad Condal en 1714, durante la Guerra de Sucesión, cuando mandaba las tropas felipistas.

-Las sevillanas y los toros, vetados en Tarragona. Regulan las tiendas de recuerdos, que sólo podrán exhibir folclore catalán. El consejero de Esquerra Republicana Josep Huguet se sacó de la manga una regulación que pretendía potenciar los “souvenirs” catalanes en detrimento del resto, que se considera ajeno, quedando relegados al interior de la tienda.

-Barcelona pondrá una plaza al fallecido actor Pepe Rubianes que se hizo famoso por su frase “que se vaya a la mierda la puta España”, no sólo celebrada por el nacionalismo catalán, también por el PSOE de Montilla y Chacón, quien llegó incluso a participar en una manifestación de apoyo vestida con una camiseta  en la que se leía “Todos somos Rubianes”.

-Se premia a personajes de la cultura que, además de ser antiespañoles, rechazan con destemplanza y inquina tal galardón. Como Javier Marías rechazando el Nacional de Narrativa por “Los enamoramientos”, en abril de 2012, exponiendo desde su columna en “El País”: “Los recortes en cultura emparentan al PP con el franquismo” (9-10-2011), cuando el diario desde el que escribe el presidente ejecutivo es Juan Luis Cebrián, antiguo Jefe de Informativos de TVE durante el Régimen de Franco. Le aconsejaría a Javier Marías que leyese el artículo de su padre Julián Marías, titulado “La vegetación del páramo” (La Vanguardia, 19-11-1976 y El País, 21-11-1976), donde rebate con firmeza y muy extensamente la idea del “páramo cultural” en el franquismo, difundida masivamente tras la muerte de Franco. También rechazaron los premios concedidos, el dibujante Jan (Medalla de Oro de Bellas Artes concedida por Cultura, en enero de 2013), Josep Soler (Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, que otorgó el Gobierno español en noviembre de 2013) y Jordi Savall (Premio Nacional de Música, en noviembre de 2014), todo un récord de repudios e ignominias a España porque es ella quien les honra con el reconocimiento, sea el gobierno que sea y del partido que sea.

-Caso aparte merece el Premio Cervantes concedido en noviembre de 2014 a Juan Goytisolo, el premio de literatura más importante en lengua española y que suele darse al autor por el conjunto de su obra. Pero como explica magistralmente el historiador José Javier Esparza en su artículo “Goytisolo o el odio a España” (“La Gaceta”, 24-11-2014), “…lo de Goytisolo no es una obra; lo de Goytisolo es un complejo o, más precisamente, un montón de complejos puestos unos encima de otros y revueltos en sórdida mezcolanza…No debieron ganar los cristianos, sino los musulmanes. No debió ganar Roma, sino los protestantes. No debieron ganar los blancos, sino los moros…La “Reivindicación del Conde Don Julián” de Goytisolo es la mayor obra de odio a España –a la España real- jamás escrita…También por esto le han premiado los chicos de Rajoy”. Este bellaco y felón no ha rechazado el galardón aunque años atrás dijo que nunca lo aceptaría.

-Nueva suelta de terroristas de etarras como Santi Potros, inductor del brutal atentado de Hipercor el 19 de junio de 1987 (21 muertos, entre ellos varios niños, y 45 heridos), diez años menos; el pistolero Alberto Plazaola, también asesino múltiple, siete años menos; Francisco Mújica (Pakito), diez años menos, y Ramón Caride, seis años menos. Decenas de asesinatos a sus espaldas y miles de años de condena para luego ser excarcelados por una justicia corrompida desde los pies a la cabeza, traidora y pusilánime, que aplica la ley siempre favoreciendo a los verdugos y vejando a las víctimas. Los nombres de los magistrados de tal fechoría quedará en las páginas más infames de nuestra historia: Manuela Fernández de Prado, Javier Martínez Lázaro y Ramón Sáez, sentina principal de toda la pútrida “justicia” española.


Se empieza por los polvos de una Constitución que permite la aberración “nación de nacionalidades”; se sigue por un presidente del Gobierno (Zapatero, el 17-11-2004) que dice en el Senado que “La nación española es un concepto discutido y discutible”, y se termina por los lodos del mamarracho demagogo de la coleta (Pablo Iglesias) y su “España es un país de países”. Esto es lo que nos ha proporcionado la engañosa democracia española, que es una infecta herida que exige una purificación ígnea de todo el sistema, sin ambages y medias tintas. Ante todos estos agravios a España, qué actuales resuenan las palabras del gran Polígrafo, político y erudito Marcelino Menéndez Pelayo que, tras el desastre de 1898, denunció “el lento suicidio de un pueblo que, engañado por garrulos sofistas… hace espantosa liquidación de su pasado, escarnece a cada momento las sombras de sus progenitores… reniega de cuanto en la Historia hizo de grande… y contempla con ojos estúpidos la destrucción de la única España que el mundo conoce, cuyo recuerdo tiene virtud bastante para retardar nuestra agonía… Un pueblo viejo no puede renunciar a su cultura sin extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia muy próxima a la imbecilidad senil”. Mejor descripción, imposible.


José Quijada Rubira.

lunes, 1 de diciembre de 2014

39 AÑOS SIN FRANCO: ESPAÑA NO EXISTE Y LA MENTIRA PERSISTE

Hace ya treinta y nueve años que nos dejaste y un cóctel de mentiras, manipulaciones, ignorancia, rencor y odio mal digerido impide que muchos sepan la verdad sobre ti, mi general. Se obcecan contumazmente en aceptar que salvaste en tres ocasiones a la II República, sobre todo del golpe de Estado de octubre de 1934 del PSOE, PCE, Esquerra y parte del anarquismo. Niegan cerrilmente que el glorioso Alzamiento Nacional del 18 de julio fue la reacción natural contra la barbarie, los asesinatos – Calvo-Sotelo fue la gota que colmó el vaso- y otro golpe de Estado del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, como reconoce Niceto Alcalá Zamora: “En la historia parlamentaria de España, no muy escrupulosa, no hay memoria de nada comparable a la Comisión de Actas de 1936”. Así, en los meses de febrero a julio de 1936, las huelgas salvajes, los tiroteos, ocupaciones masivas de fincas, asesinatos, quemas de iglesias, de sedes y periódicos de derechas, las provocaciones a militares y vejaciones a los clérigos llevaron la situación a límites insoportables. Lo explica muy bien Stanley Payne en “El colapso de la República”, y Salvador de Madariaga, comparando la revolución de 1934 con la de julio 1936, hizo una frase célebre: “La primera se hizo contra un gobierno plenamente legal y democrático; la segunda, contra un gobierno claramente ilegítimo”. Pasan página sobre el envío a Moscú, por parte de los socialistas Largo, Prieto y Negrín, de las reservas de oro del Banco de España –las cuartas más grandes del mundo-, además del expolio de bienes particulares y de la nación, de el Monte de Piedad, de tesoros nacionales, por solo mencionar de pasada el abyecto y despreciable episodio del yate Vita, con los tesoros incautados por la Caja General de Reparaciones al final de la Guerra Civil.  Sus mentes, depositarias de todas las deyecciones del marxismo, les imposibilita admitir que la guerra civil fue un acto necesario e irreemplazable para salvar a España y su cultura cristiana, milenaria y gloriosa de perecer y convertirse en un satélite bolchevique de Stalin. Enfermos de ira por la derrota que les infligiste, a pesar de tener todo en contra, se inventan las teorías más ridículas y delirantes con tal de no asentir que nos libraste de entrar en la 2ª Guerra Mundial, permaneciendo neutral como ya advertiste en la crisis de Munich de septiembre de 1938, con serio disgusto en Roma y Berlín, y de salir airoso de la difícil situación  tras el final de la conflagración, a pesar del bloqueo y hostigamiento de las potencias vencedoras para derrocar el régimen. Obtusamente niegan que salvaste a decenas de miles de judíos facilitándoles el tránsito por España, aparte de otros miles salvados por las legaciones españolas en la Europa ocupada.  Y, por último, eluden y evitan comparar los datos de la España que nos dejaste en 1975 con los datos actuales, porque la goleada a tu favor es escandalosa. Daré solamente dos datos significativos para no extenderme: el paro era casi inexistente, por los más de cinco millones actuales; la deuda del PIB era del 7,3%, frente al casi 100% de deuda en 2014. La propaganda marxista, la más gigantesca y exitosa que jamás ha existido, no te perdonará nunca que fuiste el único que les derrotaste, tanto militar como políticamente, con el agravante de construir una nación próspera, unida e independiente. Además, tu muerte fue de manera natural, en la cama y llorado por millones de españoles agradecidos, lo que significa otra victoria más sobre el marxismo ya que les incapacitas, eternamente,  para que puedan vivir en paz pues el odio hacia ti aumenta cada día al no haber podido derribarte en vida, conformándose con quitarte estatuas y calles, presos de su propia impotencia y podredumbre intelectual y humana.

Pero lo peor, mi general, es que la llamada derecha española reniega de ti, que la salvaste del exterminio bolchevique. La derecha homenajea y le dedica calles a Santiago Carrillo, el genocida de Paracuellos, ejemplo de la letrina en que se ha transfigurado la otrora defensora de las tradiciones de España. La derecha ha desertado de todo principio y de la defensa de España, pactando con terroristas, separatistas, antiespañoles de toda clase y calaña, con tal de permanecer en el poder. La derecha, en lugar de tratar de solucionar los desaguisados de la siempre antiespañola izquierda, ha continuado el camino trazado por ésta, aniquilando a España y transformándola en un nido de buitres carroñeros que se reparten los restos corrompidos de lo que fue nuestra patria. Ya no queda nada que se pueda salvar y nadie que nos pueda salvar. No hay un José Antonio ni un militar como tú, mi general, y nadie capaz de liderar y abanderar un movimiento de regeneración total. Los pocos que disentimos de este disparate descomunal y trágico que nos ha llevado al óbito de España somos apartados y ninguneados, señalados como apestados por los que han llevado a cabo la demolición de la nación y los que la han convertido en un patio de monipodio. Dignidad, honor, patriotismo, valor y coraje son palabras que, desde que nos dejaste, han perdido el significado de virtud y han sido trocadas por relativismo, equidistancia, corrupción, traición y cobardía. Se banaliza el mal que opera mediante tópicos recurrentes de buenismo. Nuestros bienes más altos son defendidos por gente sin principios.

Las consecuencias de toda esta inmensa ciénaga hedionda es la aparición de los dos enemigos históricos de España y el cristianismo: el marxismo y el islamismo, aprovechándose de la inexistencia de cualquier protección y amparo de la patria. Ya estamos otra vez, mi general, como en la II República que tanto conoces y padeciste, con los bolcheviques matacuras y quemaiglesias, amenazando y persiguiendo al que no comulga con sus ruedas de molino de la miseria, el gulag, las checas, los campos de reeducación y el exterminio de todo disidente. Mientras, el islamismo pesca en río revuelto y cada vez es mayor su presencia, su poder y su amenaza invasora.

Debes ser, mi general, el único militar de la historia que, habiendo ganado una guerra y casi todas sus batallas, recibes a menudo la sentencia de incompetente. Esta paradoja resulta por sí misma ridícula y representativa del déficit de conocimiento de quienes te atacan o ignoran, un ejemplo más de desnutrición neuronal insuperable. Tu vida espartana al servicio de España, tus desvelos, coraje y valentía para salvar a España, tu sabiduría y perspicacia para defender España siempre estarán presentes en la memoria de los españoles de bien. Decía Chesterton que “cuanto mayor es la grandeza de un hombre es menos probable que manifieste grandes pretensiones”. Tu única gran pretensión, mi general, fue servir a España. Gracias una vez más. Un abrazo muy fuerte.


José QUIJADA RUBIRA


martes, 21 de octubre de 2014

EL MADRID DE LASO: TÍTULOS MENORES, GRANDES FRACASOS

Sé que este artículo es a contracorriente de la mayor parte de la opinión existente en estos momentos, y más cuando el Real Madrid de baloncesto acaba de proclamarse brillantemente campeón de la Supercopa de España, derrotando de manera clara a un Barcelona muy reforzado con cuatro jugadores de renombre, siendo favorito para el título. También el Madrid ha incorporado cinco jugadores, uno por puesto, aunque algunos de ellos pueden jugar en dos posiciones. El fichaje de Ayón me parece acertado y la clave para equilibrar el juego del equipo, aportando dureza, fuerza, rebote y defensa en la pintura, pudiendo jugar de 4 o 5. Nocioni, aunque esté a punto de cumplir los 35 años, dará experiencia, clase y sabiduría en los momentos importantes, y puede hacerlo de 3 o 4. Maciulis, un 3 puro, es muy completo y debe ayudar en todas las facetas aunque se le ve más perdido que a los otros nuevos. Rivers es un escolta-alero, gran tirador y defensor, capaz de ganar partidos y al que no le tiembla el pulso en situaciones comprometidas. El más flojo e innecesario me parece Campazzo, al que veo como un calco de Sergio Rodríguez, pero en pequeño. Pienso que le hubiese venido mejor un base de corte defensivo, más sobrio y sacrificado, como Draper anteriormente. En resumen, el Real Madrid ha mejorado la plantilla, más consistente y fiable que la del año pasado.

Se preguntarán entonces a qué viene el pesimismo si los refuerzos son muy válidos y han engrandecido la calidad del conjunto merengue. Pues el problema es Laso que, en contra de lo que muchos graznan, es un perdedor de los grandes títulos, aquellos para los que un gran club se prepara y tiene en su punto de mira como objetivo principal, casi único; los que separan el triunfo del fracaso, la gloria de la debacle; los que hacen que un equipo pase a la posteridad como un gran campeón, recordándose sus títulos eternamente. Porque Laso, en sus tres temporadas en el Madrid, ha ganado muchos títulos menores pero solo uno grande, y no el más ansiado y codiciado, el que da el prestigio de verdad y marca la diferencia entre un buen equipo y un equipo para la historia. Analicemos las tres temporadas de Laso:
1ª. En la temporada 2011-12 se alcanzó un único título: la Copa del Rey. La Liga se tuvo al alcance de la mano pero se dejó escapar de manera incomprensible. Todavía recuerdo el triple innecesario de Llull y la posterior canasta de Huertas, sobre la bocina y desde medio campo.

2ª. La temporada 2012-13 dejó dos títulos: Supercopa de España y Liga, ante un Barcelona mermado por las lesiones y en sus horas más bajas, por un agónico 3-2 y por el buen hacer de los suplentes Darden, Draper, Slaughter y Reyes, desaparecidas las “estrellas” prácticamente en los 5 partidos. Se perdió final de la Euroliga de manera bochornosa, con tres últimos cuartos de infausto recuerdo. Entonces se dijeron bobadas como que “El equipo era inexperto” (varios de los jugadores habían disputado finales de Campeonatos del Mundo, Juegos Olímpicos, Eurobasket y jugado en la NBA), o “La final ya es un éxito y el próximo año será diferente”, desconociendo la exitosa historia del Madrid de baloncesto.

3ª. La temporada 2013-14 se prometía muy feliz, con el Madrid rompiendo récords y jugando un baloncesto espectacular. Se consiguieron la Supercopa de España y la Copa del Rey, ésta en el último segundo, con una canasta a la desesperada de Llull. Pero llegaron los grandes títulos y desapareció el encanto. La Euroliga se perdió ante un equipo muy inferior, tras apalizar al Barcelona en la semifinal, síntoma de la falta de consistencia y fiabilidad en los momentos clave; una montaña rusa que tan pronto está arriba como abajo en un abrir y cerrar de ojos. A la final de la Liga se llegó bajo mínimos, tras arrasar en la Liga regular y tener ventaja de campo, cayendo por 1-3 ante un Barcelona que se aprovechó del lamentable estado físico y mental del Madrid -consecuencia de la horrorosa planificación-, con Laso borrándose en el cuarto partido, forzando su expulsión. Lo que iba a ser la culminación de un proyecto, terminó en hecatombe, en una desilusión total, en un descalabro y fracaso sin paliativos.

En definitiva, tres Supercopas de España de cuatro jugadas y dos Copas del Rey de tres participaciones; un alto porcentaje en títulos menores. Por el contrario, una Liga de tres jugadas y cero Euroligas; un paupérrimo historial para el equipo más laureado de Europa. Todo ello es consecuencia del sistema empleado por Laso y sus carencias en la dirección del equipo: anarquía total –disfrazada de libertad- para unos jugadores talentosos, pero falta de un plan B para cuando los jugadores no estén acertados y el equipo contrario sepa llevarte a su terreno, maniatando y anulando el juego vistoso y veloz pero carente de pizarra y estrategia. Solo hay que ver cómo se perdieron las dos finales de la Euroliga o esta última Liga para percibir que los rivales, siendo inferiores, le han dado un baño táctico a Laso, sabiendo castigar sus puntos débiles, una y otra vez, sin respuesta alguna del entrenador blanco. Otro grave problema es la falta de equilibrio entre juego exterior e interior, éste inexistente casi, como se pudo comprobar en esta final de Supercopa, donde los pívots apenas recibieron balones en la pintura, aunque el acierto exterior y la victoria tapen esa deficiencia. Y no es problema del jugador interior, no. Es un problema del entrenador, que no trabaja ni enfatiza ese aspecto, restándole importancia. Hasta el gran Sabonis fracasaría en este equipo de Laso.

Hay mimbres para hacer un gran cesto, sin duda alguna, pero el artesano de que disponemos no es bueno en su profesión y nos dejará el cesto a medio hacer o mal hecho. Mucho me temo que esta temporada pase otra vez igual, con un entrenador que debería haberse marchado tras la debacle de final de temporada pasada. Es un cadáver momificado ocupando el puesto de entrenador, con nada que ofrecer ya al conjunto blanco. Y un dato a todos los que se conforman con perder finales: el Real Madrid ya ganaba Copas de Europa en los años 60 y 70, dominando el viejo continente. Lean quién fue Saporta y Ferrándiz y aprendan un poco la historia del baloncesto madridista. Tal vez así superen el déficit de conocimiento que padecen y comprendan que es imposible aceptar el ser segundos como un triunfo. Para el Real Madrid solo vale ser primero y nada más. Por eso es el club más grande y con más títulos.



José Quijada Rubira.

miércoles, 1 de octubre de 2014

REAL MADRID: CÓMO AGRANDAR UN PROBLEMA

Todos sabemos que el comienzo del problema se inició con Mourinho por ser un entrenador independiente y valiente, atreviéndose a quitar la titularidad a un Casillas ya en declive, como había demostrado sobradamente en los partidos de la temporada 2012-13. Además, la lesión de Iker precipitó el fichaje de Diego López que se ganó el puesto con esfuerzo, honradez y buenas actuaciones. Pero el poder del portero de Móstoles es omnímodo y, descontento con su suplencia, forzó la salida del entrenador portugués -con la ayuda de otras vacas sagradas como Ramos y Cristiano-, moviendo los hilos para que sus periodistas lacayunos lanzaran una campaña monstruosa y abyecta en contra de Mourinho. Florentino, que pudo parar el órdago de Casillas, se puso de su parte y finiquitó la etapa del entrenador de Setúbal en el Madrid. Primer error del Presidente del Madrid que, como siempre le sucede en estos casos, carece de mano dura y prefiere doblegarse ante la jerarquía del vestuario, creyendo que así tranquilizará la situación.

Sabedor de las enormes campañas propagandísticas a favor de Casillas y del poder que le había otorgado al ceder a su petición de cortar la cabeza de Mourinho, Florentino trae a Ancelotti, un entrenador con prestigio y veteranía pero blando y pusilánime, que huye de problemas y acepta de buen grado bajarse los pantalones ante el núcleo duro del vestuario. Pero cómo vería a Casillas que, incluso un cobardón como Carlo, toma una decisión salomónica que no contenta a nadie: en Liga, Diego López; en Champions y Copa de España, Iker. Lejos de apaciguar las aguas el cisma entre el madridismo y dentro del equipo aumenta, convirtiendo la situación en irrespirable e insostenible. Segundo error del Presidente del Madrid, que ficha a un entrenador dócil  como remedio pero, por el contrario, el problema se agiganta cada día y teme que le pueda estallar en las manos.

Tras el ridículo monumental de Casillas en la final de Champions y en el Mundial de Brasil, las pocas opciones de la venta de Iker se van al garete. Decenas de millones de telespectadores ven el cochambroso estado de forma del mostoleño, una ruina física vestida de portero. Como Florentino no quiere desembolsar casi 40 millones de euros de su contrato para que se vaya, pacta con Ancelotti su titularidad y se quita de en medio a Diego López, víctima de las tretas sibilinas de Casillas y sus periodistas trompeteros, al que le han hecho la vida imposible -como ya había sucedido con Mourinho-, creyendo que el tema se zanja definitivamente y a pesar de fichar a un gran portero como Keylor Navas, otro mártir inocente en la lista del filtrador ex portero de Móstoles. Tercer error del Presidente del Madrid, que no mide el declive absoluto de Iker, convertido en un espantajo bajo palos, carente de fuerza física y reflejos, convertido en el portero más goleado de la Liga, con 6 goles de 7 tiros a puerta. El Bernabéu, que hasta ahora era unánime en su apoyo, lo abuchea.  El problema ya no es sólo un problema, es el PROBLEMA, con mayúsculas.


¿Y ahora qué decisión tomará Florentino? ¿Dejará que el cáncer de Casillas siga su rumbo y destroce la temporada que acaba de empezar? ¿Permitirá que un club con más de 500 millones de presupuesto sea chantajeado por un traidor? Por no cortar el conflicto de raíz cuando se produjo en tiempos de Mourinho, el atolladero en que se ha metido el Presidente del Madrid tiene una salida más difícil que antes y que le va a salpicar también, quiera o no, por sus decisiones medrosas y achantadas. Como se dice vulgarmente: de aquellos polvos, estos lodos o cómo agigantar un problema que era fácil de solucionar. Puede terminar como el rosario de la aurora.


José Quijada Rubira.