Insultar, desprestigiar y renegar de España
se ha convertido en moda, en una fiesta de los mal nacidos con cuya música
baila una sociedad intelectualmente desarmada, como gallinas sin cabeza,
decapitadas en su pensamiento e identidad. La consabida piara que hociquea en
la cochiquera deja comentarios contra España envueltos en la hez del
resentimiento y el odio más rastrero y abyecto. Esta patulea de envidiosos
gusarapientos, carentes de cualquier conocimiento, dignidad y moral, se dedica
a denostar y afrentar nuestra patria, y animalizan a quien no comulga con las
consignas y falsedades que suplen todo pensamiento genuino, discurso o matiz. Y
lo más grave de toda esta tragedia es el sedicente Gobierno de derechas, ayuno
de decisión y valor, sobrado de excusas y cobardía, que se doblega una y otra
vez ante los ataques y ofensas a España, banalizando el mal que opera mediante
los tópicos recurrentes del buenismo,
premiando incluso a algunos de estos excrementos que insultan a España,
renunciando a su poder y cuestionando la existencia y grandeza de nuestra
gloriosa nación. Decía Chesterton que, “cuando por cualquier razón lo bueno de
una sociedad deja de funcionar, la sociedad empieza a declinar”. Veamos unos
pocos ejemplos significativos de este declive que ya huele a cadáver
putrefacto:
-El museo del Prado considera el
levantamiento heroico del pueblo español contra el invasor francés del 2 de
mayo de 1808 obra de “grupos exaltados y reaccionarios”. Mantilla, Jefe del
Departamento de Dibujos y Estampas del museo, afirma en su texto de la web del
Prado que “el 2 de mayo de 1808 grupos exaltados de pueblos de Madrid,
instigado por sectores reaccionarios de la nobleza y la iglesia”. Además,
Mantilla considera que los sitios de Zaragoza, de nuevo un ejemplo de heroísmo
que maravilló hasta a los generales napoleónicos, es “un asedio que pudo
resistir, sangrienta y quizá innecesariamente, a juzgar por las terribles
consecuencias que supuso para la población”.
-Bildu manipula la historia de Guipúzcoa al
mutilar sus escudos. Elimina los cañones ganados a Navarra en 1512 por
“simbolizar la pérdida de libertad”. La figura del Rey, del blasón original,
también fue borrada.
-La Generalidad retira la estatua de Isabel
II del Palacio Real de Pedralbes. La última depuración
histórico-escultórica del nazionalismo
(con zeta) catalán, de donde ha desaparecido la escultura de Isabel II con
Alfonso XII en brazos que lucía sobre un notorio pedestal junto a la entrada
principal del Palacio. Su intención es sustituirla por la escultura republicana
encargada por Francesc Maciá, una alegoría de las libertades republicanas. La
sustitución de las estatuas es, según fuentes de la Generalidad, “una muestra
de terreno conquistado”.
-Barcelona insta a Madrid a retirar la
estatua de Blas de Lezo. Los catalanes argumentan que se homenajea a un militar
que bombardeó la Ciudad Condal en 1714,
durante la Guerra de Sucesión, cuando mandaba las tropas felipistas.
-Las sevillanas y los toros, vetados en
Tarragona. Regulan las tiendas de recuerdos, que sólo podrán exhibir folclore
catalán. El consejero de Esquerra Republicana Josep Huguet se sacó de la manga
una regulación que pretendía potenciar los “souvenirs” catalanes en detrimento
del resto, que se considera ajeno, quedando relegados al interior de la tienda.
-Barcelona pondrá una plaza al fallecido
actor Pepe Rubianes que se hizo famoso por su frase “que se vaya a la mierda la
puta España”, no sólo celebrada por el nacionalismo catalán, también por el
PSOE de Montilla y Chacón, quien llegó incluso a participar en una
manifestación de apoyo vestida con una camiseta
en la que se leía “Todos somos Rubianes”.
-Se premia a personajes de la cultura que, además
de ser antiespañoles, rechazan con destemplanza y inquina tal galardón. Como
Javier Marías rechazando el Nacional de Narrativa por “Los enamoramientos”, en
abril de 2012, exponiendo desde su columna en “El País”: “Los recortes en
cultura emparentan al PP con el franquismo” (9-10-2011), cuando el diario desde
el que escribe el presidente ejecutivo es Juan Luis Cebrián, antiguo Jefe de
Informativos de TVE durante el Régimen de Franco. Le aconsejaría a Javier
Marías que leyese el artículo de su padre Julián Marías, titulado “La
vegetación del páramo” (La Vanguardia, 19-11-1976 y El País, 21-11-1976), donde
rebate con firmeza y muy extensamente la idea del “páramo cultural” en el
franquismo, difundida masivamente tras la muerte de Franco. También rechazaron
los premios concedidos, el dibujante Jan (Medalla de Oro de Bellas Artes
concedida por Cultura, en enero de 2013), Josep Soler (Medalla de Oro al Mérito
en las Bellas Artes, que otorgó el Gobierno español en noviembre de 2013) y
Jordi Savall (Premio Nacional de Música, en noviembre de 2014), todo un récord
de repudios e ignominias a España porque es ella quien les honra con el
reconocimiento, sea el gobierno que sea y del partido que sea.
-Caso aparte merece el Premio Cervantes
concedido en noviembre de 2014 a Juan Goytisolo, el premio de literatura más
importante en lengua española y que suele darse al autor por el conjunto de su
obra. Pero como explica magistralmente el historiador José Javier Esparza en su
artículo “Goytisolo o el odio a España” (“La Gaceta”, 24-11-2014), “…lo de
Goytisolo no es una obra; lo de Goytisolo es un complejo o, más precisamente,
un montón de complejos puestos unos encima de otros y revueltos en sórdida
mezcolanza…No debieron ganar los cristianos, sino los musulmanes. No debió ganar
Roma, sino los protestantes. No debieron ganar los blancos, sino los moros…La
“Reivindicación del Conde Don Julián” de Goytisolo es la mayor obra de odio a
España –a la España real- jamás escrita…También por esto le han premiado los
chicos de Rajoy”. Este bellaco y felón no ha rechazado el galardón aunque años
atrás dijo que nunca lo aceptaría.
-Nueva suelta de terroristas de etarras como
Santi Potros, inductor del brutal atentado de Hipercor el 19 de junio de 1987
(21 muertos, entre ellos varios niños, y 45 heridos), diez años menos; el
pistolero Alberto Plazaola, también asesino múltiple, siete años menos;
Francisco Mújica (Pakito), diez años menos, y Ramón Caride, seis años menos. Decenas
de asesinatos a sus espaldas y miles de años de condena para luego ser
excarcelados por una justicia corrompida desde los pies a la cabeza, traidora y
pusilánime, que aplica la ley siempre favoreciendo a los verdugos y vejando a
las víctimas. Los nombres de los magistrados de tal fechoría quedará en las
páginas más infames de nuestra historia: Manuela Fernández de Prado, Javier
Martínez Lázaro y Ramón Sáez, sentina principal de toda la pútrida “justicia”
española.
Se empieza por los polvos de una Constitución
que permite la aberración “nación de nacionalidades”; se sigue por un
presidente del Gobierno (Zapatero, el 17-11-2004) que dice en el Senado que “La
nación española es un concepto discutido y discutible”, y se termina por los
lodos del mamarracho demagogo de la coleta (Pablo Iglesias) y su “España es un
país de países”. Esto es lo que nos ha proporcionado la engañosa democracia española,
que es una infecta herida que exige una purificación ígnea de todo el sistema,
sin ambages y medias tintas. Ante todos estos agravios a España, qué actuales
resuenan las palabras del gran Polígrafo, político y erudito Marcelino Menéndez
Pelayo que, tras el desastre de 1898, denunció “el lento suicidio de un pueblo
que, engañado por garrulos sofistas… hace espantosa liquidación de su pasado,
escarnece a cada momento las sombras de sus progenitores… reniega de cuanto en
la Historia hizo de grande… y contempla con ojos estúpidos la destrucción de la
única España que el mundo conoce, cuyo recuerdo tiene virtud bastante para
retardar nuestra agonía… Un pueblo viejo no puede renunciar a su cultura sin
extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia muy
próxima a la imbecilidad senil”. Mejor descripción, imposible.
José Quijada Rubira.