martes, 23 de diciembre de 2014

NO TODO ES VÁLIDO POR EL DINERO, FLORENTINO PÉREZ

Ha pasado casi desapercibida la siguiente noticia: “El Real Madrid elimina la cruz que preside el escudo del equipo en el mercado musulmán. La modificación del emblema sólo será efectiva en establecimientos, instalaciones o actividades en las que participe el Real Madrid en países de mayoría musulmana”. Como todo mal se banaliza a favor de esa gangrena del siglo XXI llamada relativismo, pocos han alzado la voz contra tamaña afrenta y ultraje a la institución blanca, llevada a cabo por su propio presidente Florentino Pérez, a excepción de alguna agrupación católica como la “Asociación Enraizados”  y algún debate en las redes sociales. El dislate es tal que, siguiendo las mismas premisas absurdas en las que se fundamenta, cuando se firme un contrato o se vaya a realizar algún partido o acto en un país republicano, se debería quitar la corona del escudo por respeto a la República de ese lugar; o, cuando se vaya a Cataluña, quitar la eme del escudo para no herir a los catalanes que dicen “Madrid nos roba”; o, puesto que la cruz se quita en países de mayoría musulmana, que éstos eliminen la media luna de sus escudos cuando visiten naciones con mayoría cristiana, para no sentirnos ofendidos. Claro está que esto último nunca se atreverán ni siquiera a pensarlo, no sea que los pacíficos musulmanes se enfaden y empiecen una de sus muchas yihad y acaben decretándonos la guerra santa.

No es discutible que Florentino Pérez ha logrado que el Real Madrid regrese a lo más alto del escalafón mundial, no sólo en cuanto a fútbol, sino a clubes deportivos en general, pero tampoco es cuestionable que hay asuntos sagrados sobre los que no se puede renunciar jamás, como la corona con la cruz que el Rey Alfonso XIII, el 29 de junio de 1920, concediese el título de Real, mediante documento público. A partir de entonces, salvo el periodo de la II República que obligó a su desaparición al prohibir todos los símbolos monárquicos, el Real Madrid adoptó y exhibió la corona con la cruz en el escudo.

Y es que con Florentino Pérez, cuando honra y provecho entran en conflicto, vale el consejo malvado de Celestina a Areúsa: “Honra sin provecho no es sino como anillo en el dedo; e pues entrambos no caben en un saco, acoge las ganancias”. Creo sinceramente que a Don Santiago Bernabéu le avergonzaría como se ha cambiado un trozo del escudo por un plato de lentejas; le alarmaría la ligereza de una decisión que no debe tomar una sola persona o directiva porque traspasa sus funciones y poderes; le entristecería ver cómo hemos llegado a esta postración, incomprensible sin lo odiosa indolencia de quienes se someten a los dictados de una negociación. Bernabéu dijo que “…personalmente, no hice jamás la menor de las concesiones”. Aprende un poco, Florentino Pérez, del gran prohombre que hizo posible el club más grande de todos los tiempos.



José Quijada Rubira.

martes, 16 de diciembre de 2014

CUANDO DENIGRAR A ESPAÑA SALE GRATIS

Insultar, desprestigiar y renegar de España se ha convertido en moda, en una fiesta de los mal nacidos con cuya música baila una sociedad intelectualmente desarmada, como gallinas sin cabeza, decapitadas en su pensamiento e identidad. La consabida piara que hociquea en la cochiquera deja comentarios contra España envueltos en la hez del resentimiento y el odio más rastrero y abyecto. Esta patulea de envidiosos gusarapientos, carentes de cualquier conocimiento, dignidad y moral, se dedica a denostar y afrentar nuestra patria, y animalizan a quien no comulga con las consignas y falsedades que suplen todo pensamiento genuino, discurso o matiz. Y lo más grave de toda esta tragedia es el sedicente Gobierno de derechas, ayuno de decisión y valor, sobrado de excusas y cobardía, que se doblega una y otra vez ante los ataques y ofensas a España, banalizando el mal que opera mediante los tópicos recurrentes del buenismo,  premiando incluso a algunos de estos excrementos que insultan a España, renunciando a su poder y cuestionando la existencia y grandeza de nuestra gloriosa nación. Decía Chesterton que, “cuando por cualquier razón lo bueno de una sociedad deja de funcionar, la sociedad empieza a declinar”. Veamos unos pocos ejemplos significativos de este declive que ya huele a cadáver putrefacto:

-El museo del Prado considera el levantamiento heroico del pueblo español contra el invasor francés del 2 de mayo de 1808 obra de “grupos exaltados y reaccionarios”. Mantilla, Jefe del Departamento de Dibujos y Estampas del museo, afirma en su texto de la web del Prado que “el 2 de mayo de 1808 grupos exaltados de pueblos de Madrid, instigado por sectores reaccionarios de la nobleza y la iglesia”. Además, Mantilla considera que los sitios de Zaragoza, de nuevo un ejemplo de heroísmo que maravilló hasta a los generales napoleónicos, es “un asedio que pudo resistir, sangrienta y quizá innecesariamente, a juzgar por las terribles consecuencias que supuso para la población”.
-Bildu manipula la historia de Guipúzcoa al mutilar sus escudos. Elimina los cañones ganados a Navarra en 1512 por “simbolizar la pérdida de libertad”. La figura del Rey, del blasón original, también fue borrada.

-La Generalidad retira la estatua de Isabel II del Palacio Real de Pedralbes. La última depuración histórico-escultórica  del nazionalismo (con zeta) catalán, de donde ha desaparecido la escultura de Isabel II con Alfonso XII en brazos que lucía sobre un notorio pedestal junto a la entrada principal del Palacio. Su intención es sustituirla por la escultura republicana encargada por Francesc Maciá, una alegoría de las libertades republicanas. La sustitución de las estatuas es, según fuentes de la Generalidad, “una muestra de terreno conquistado”.

-Barcelona insta a Madrid a retirar la estatua de Blas de Lezo. Los catalanes argumentan que se homenajea a un militar que bombardeó  la Ciudad Condal en 1714, durante la Guerra de Sucesión, cuando mandaba las tropas felipistas.

-Las sevillanas y los toros, vetados en Tarragona. Regulan las tiendas de recuerdos, que sólo podrán exhibir folclore catalán. El consejero de Esquerra Republicana Josep Huguet se sacó de la manga una regulación que pretendía potenciar los “souvenirs” catalanes en detrimento del resto, que se considera ajeno, quedando relegados al interior de la tienda.

-Barcelona pondrá una plaza al fallecido actor Pepe Rubianes que se hizo famoso por su frase “que se vaya a la mierda la puta España”, no sólo celebrada por el nacionalismo catalán, también por el PSOE de Montilla y Chacón, quien llegó incluso a participar en una manifestación de apoyo vestida con una camiseta  en la que se leía “Todos somos Rubianes”.

-Se premia a personajes de la cultura que, además de ser antiespañoles, rechazan con destemplanza y inquina tal galardón. Como Javier Marías rechazando el Nacional de Narrativa por “Los enamoramientos”, en abril de 2012, exponiendo desde su columna en “El País”: “Los recortes en cultura emparentan al PP con el franquismo” (9-10-2011), cuando el diario desde el que escribe el presidente ejecutivo es Juan Luis Cebrián, antiguo Jefe de Informativos de TVE durante el Régimen de Franco. Le aconsejaría a Javier Marías que leyese el artículo de su padre Julián Marías, titulado “La vegetación del páramo” (La Vanguardia, 19-11-1976 y El País, 21-11-1976), donde rebate con firmeza y muy extensamente la idea del “páramo cultural” en el franquismo, difundida masivamente tras la muerte de Franco. También rechazaron los premios concedidos, el dibujante Jan (Medalla de Oro de Bellas Artes concedida por Cultura, en enero de 2013), Josep Soler (Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, que otorgó el Gobierno español en noviembre de 2013) y Jordi Savall (Premio Nacional de Música, en noviembre de 2014), todo un récord de repudios e ignominias a España porque es ella quien les honra con el reconocimiento, sea el gobierno que sea y del partido que sea.

-Caso aparte merece el Premio Cervantes concedido en noviembre de 2014 a Juan Goytisolo, el premio de literatura más importante en lengua española y que suele darse al autor por el conjunto de su obra. Pero como explica magistralmente el historiador José Javier Esparza en su artículo “Goytisolo o el odio a España” (“La Gaceta”, 24-11-2014), “…lo de Goytisolo no es una obra; lo de Goytisolo es un complejo o, más precisamente, un montón de complejos puestos unos encima de otros y revueltos en sórdida mezcolanza…No debieron ganar los cristianos, sino los musulmanes. No debió ganar Roma, sino los protestantes. No debieron ganar los blancos, sino los moros…La “Reivindicación del Conde Don Julián” de Goytisolo es la mayor obra de odio a España –a la España real- jamás escrita…También por esto le han premiado los chicos de Rajoy”. Este bellaco y felón no ha rechazado el galardón aunque años atrás dijo que nunca lo aceptaría.

-Nueva suelta de terroristas de etarras como Santi Potros, inductor del brutal atentado de Hipercor el 19 de junio de 1987 (21 muertos, entre ellos varios niños, y 45 heridos), diez años menos; el pistolero Alberto Plazaola, también asesino múltiple, siete años menos; Francisco Mújica (Pakito), diez años menos, y Ramón Caride, seis años menos. Decenas de asesinatos a sus espaldas y miles de años de condena para luego ser excarcelados por una justicia corrompida desde los pies a la cabeza, traidora y pusilánime, que aplica la ley siempre favoreciendo a los verdugos y vejando a las víctimas. Los nombres de los magistrados de tal fechoría quedará en las páginas más infames de nuestra historia: Manuela Fernández de Prado, Javier Martínez Lázaro y Ramón Sáez, sentina principal de toda la pútrida “justicia” española.


Se empieza por los polvos de una Constitución que permite la aberración “nación de nacionalidades”; se sigue por un presidente del Gobierno (Zapatero, el 17-11-2004) que dice en el Senado que “La nación española es un concepto discutido y discutible”, y se termina por los lodos del mamarracho demagogo de la coleta (Pablo Iglesias) y su “España es un país de países”. Esto es lo que nos ha proporcionado la engañosa democracia española, que es una infecta herida que exige una purificación ígnea de todo el sistema, sin ambages y medias tintas. Ante todos estos agravios a España, qué actuales resuenan las palabras del gran Polígrafo, político y erudito Marcelino Menéndez Pelayo que, tras el desastre de 1898, denunció “el lento suicidio de un pueblo que, engañado por garrulos sofistas… hace espantosa liquidación de su pasado, escarnece a cada momento las sombras de sus progenitores… reniega de cuanto en la Historia hizo de grande… y contempla con ojos estúpidos la destrucción de la única España que el mundo conoce, cuyo recuerdo tiene virtud bastante para retardar nuestra agonía… Un pueblo viejo no puede renunciar a su cultura sin extinguir la parte más noble de su vida y caer en una segunda infancia muy próxima a la imbecilidad senil”. Mejor descripción, imposible.


José Quijada Rubira.

lunes, 1 de diciembre de 2014

39 AÑOS SIN FRANCO: ESPAÑA NO EXISTE Y LA MENTIRA PERSISTE

Hace ya treinta y nueve años que nos dejaste y un cóctel de mentiras, manipulaciones, ignorancia, rencor y odio mal digerido impide que muchos sepan la verdad sobre ti, mi general. Se obcecan contumazmente en aceptar que salvaste en tres ocasiones a la II República, sobre todo del golpe de Estado de octubre de 1934 del PSOE, PCE, Esquerra y parte del anarquismo. Niegan cerrilmente que el glorioso Alzamiento Nacional del 18 de julio fue la reacción natural contra la barbarie, los asesinatos – Calvo-Sotelo fue la gota que colmó el vaso- y otro golpe de Estado del Frente Popular en las elecciones de febrero de 1936, como reconoce Niceto Alcalá Zamora: “En la historia parlamentaria de España, no muy escrupulosa, no hay memoria de nada comparable a la Comisión de Actas de 1936”. Así, en los meses de febrero a julio de 1936, las huelgas salvajes, los tiroteos, ocupaciones masivas de fincas, asesinatos, quemas de iglesias, de sedes y periódicos de derechas, las provocaciones a militares y vejaciones a los clérigos llevaron la situación a límites insoportables. Lo explica muy bien Stanley Payne en “El colapso de la República”, y Salvador de Madariaga, comparando la revolución de 1934 con la de julio 1936, hizo una frase célebre: “La primera se hizo contra un gobierno plenamente legal y democrático; la segunda, contra un gobierno claramente ilegítimo”. Pasan página sobre el envío a Moscú, por parte de los socialistas Largo, Prieto y Negrín, de las reservas de oro del Banco de España –las cuartas más grandes del mundo-, además del expolio de bienes particulares y de la nación, de el Monte de Piedad, de tesoros nacionales, por solo mencionar de pasada el abyecto y despreciable episodio del yate Vita, con los tesoros incautados por la Caja General de Reparaciones al final de la Guerra Civil.  Sus mentes, depositarias de todas las deyecciones del marxismo, les imposibilita admitir que la guerra civil fue un acto necesario e irreemplazable para salvar a España y su cultura cristiana, milenaria y gloriosa de perecer y convertirse en un satélite bolchevique de Stalin. Enfermos de ira por la derrota que les infligiste, a pesar de tener todo en contra, se inventan las teorías más ridículas y delirantes con tal de no asentir que nos libraste de entrar en la 2ª Guerra Mundial, permaneciendo neutral como ya advertiste en la crisis de Munich de septiembre de 1938, con serio disgusto en Roma y Berlín, y de salir airoso de la difícil situación  tras el final de la conflagración, a pesar del bloqueo y hostigamiento de las potencias vencedoras para derrocar el régimen. Obtusamente niegan que salvaste a decenas de miles de judíos facilitándoles el tránsito por España, aparte de otros miles salvados por las legaciones españolas en la Europa ocupada.  Y, por último, eluden y evitan comparar los datos de la España que nos dejaste en 1975 con los datos actuales, porque la goleada a tu favor es escandalosa. Daré solamente dos datos significativos para no extenderme: el paro era casi inexistente, por los más de cinco millones actuales; la deuda del PIB era del 7,3%, frente al casi 100% de deuda en 2014. La propaganda marxista, la más gigantesca y exitosa que jamás ha existido, no te perdonará nunca que fuiste el único que les derrotaste, tanto militar como políticamente, con el agravante de construir una nación próspera, unida e independiente. Además, tu muerte fue de manera natural, en la cama y llorado por millones de españoles agradecidos, lo que significa otra victoria más sobre el marxismo ya que les incapacitas, eternamente,  para que puedan vivir en paz pues el odio hacia ti aumenta cada día al no haber podido derribarte en vida, conformándose con quitarte estatuas y calles, presos de su propia impotencia y podredumbre intelectual y humana.

Pero lo peor, mi general, es que la llamada derecha española reniega de ti, que la salvaste del exterminio bolchevique. La derecha homenajea y le dedica calles a Santiago Carrillo, el genocida de Paracuellos, ejemplo de la letrina en que se ha transfigurado la otrora defensora de las tradiciones de España. La derecha ha desertado de todo principio y de la defensa de España, pactando con terroristas, separatistas, antiespañoles de toda clase y calaña, con tal de permanecer en el poder. La derecha, en lugar de tratar de solucionar los desaguisados de la siempre antiespañola izquierda, ha continuado el camino trazado por ésta, aniquilando a España y transformándola en un nido de buitres carroñeros que se reparten los restos corrompidos de lo que fue nuestra patria. Ya no queda nada que se pueda salvar y nadie que nos pueda salvar. No hay un José Antonio ni un militar como tú, mi general, y nadie capaz de liderar y abanderar un movimiento de regeneración total. Los pocos que disentimos de este disparate descomunal y trágico que nos ha llevado al óbito de España somos apartados y ninguneados, señalados como apestados por los que han llevado a cabo la demolición de la nación y los que la han convertido en un patio de monipodio. Dignidad, honor, patriotismo, valor y coraje son palabras que, desde que nos dejaste, han perdido el significado de virtud y han sido trocadas por relativismo, equidistancia, corrupción, traición y cobardía. Se banaliza el mal que opera mediante tópicos recurrentes de buenismo. Nuestros bienes más altos son defendidos por gente sin principios.

Las consecuencias de toda esta inmensa ciénaga hedionda es la aparición de los dos enemigos históricos de España y el cristianismo: el marxismo y el islamismo, aprovechándose de la inexistencia de cualquier protección y amparo de la patria. Ya estamos otra vez, mi general, como en la II República que tanto conoces y padeciste, con los bolcheviques matacuras y quemaiglesias, amenazando y persiguiendo al que no comulga con sus ruedas de molino de la miseria, el gulag, las checas, los campos de reeducación y el exterminio de todo disidente. Mientras, el islamismo pesca en río revuelto y cada vez es mayor su presencia, su poder y su amenaza invasora.

Debes ser, mi general, el único militar de la historia que, habiendo ganado una guerra y casi todas sus batallas, recibes a menudo la sentencia de incompetente. Esta paradoja resulta por sí misma ridícula y representativa del déficit de conocimiento de quienes te atacan o ignoran, un ejemplo más de desnutrición neuronal insuperable. Tu vida espartana al servicio de España, tus desvelos, coraje y valentía para salvar a España, tu sabiduría y perspicacia para defender España siempre estarán presentes en la memoria de los españoles de bien. Decía Chesterton que “cuanto mayor es la grandeza de un hombre es menos probable que manifieste grandes pretensiones”. Tu única gran pretensión, mi general, fue servir a España. Gracias una vez más. Un abrazo muy fuerte.


José QUIJADA RUBIRA


martes, 21 de octubre de 2014

EL MADRID DE LASO: TÍTULOS MENORES, GRANDES FRACASOS

Sé que este artículo es a contracorriente de la mayor parte de la opinión existente en estos momentos, y más cuando el Real Madrid de baloncesto acaba de proclamarse brillantemente campeón de la Supercopa de España, derrotando de manera clara a un Barcelona muy reforzado con cuatro jugadores de renombre, siendo favorito para el título. También el Madrid ha incorporado cinco jugadores, uno por puesto, aunque algunos de ellos pueden jugar en dos posiciones. El fichaje de Ayón me parece acertado y la clave para equilibrar el juego del equipo, aportando dureza, fuerza, rebote y defensa en la pintura, pudiendo jugar de 4 o 5. Nocioni, aunque esté a punto de cumplir los 35 años, dará experiencia, clase y sabiduría en los momentos importantes, y puede hacerlo de 3 o 4. Maciulis, un 3 puro, es muy completo y debe ayudar en todas las facetas aunque se le ve más perdido que a los otros nuevos. Rivers es un escolta-alero, gran tirador y defensor, capaz de ganar partidos y al que no le tiembla el pulso en situaciones comprometidas. El más flojo e innecesario me parece Campazzo, al que veo como un calco de Sergio Rodríguez, pero en pequeño. Pienso que le hubiese venido mejor un base de corte defensivo, más sobrio y sacrificado, como Draper anteriormente. En resumen, el Real Madrid ha mejorado la plantilla, más consistente y fiable que la del año pasado.

Se preguntarán entonces a qué viene el pesimismo si los refuerzos son muy válidos y han engrandecido la calidad del conjunto merengue. Pues el problema es Laso que, en contra de lo que muchos graznan, es un perdedor de los grandes títulos, aquellos para los que un gran club se prepara y tiene en su punto de mira como objetivo principal, casi único; los que separan el triunfo del fracaso, la gloria de la debacle; los que hacen que un equipo pase a la posteridad como un gran campeón, recordándose sus títulos eternamente. Porque Laso, en sus tres temporadas en el Madrid, ha ganado muchos títulos menores pero solo uno grande, y no el más ansiado y codiciado, el que da el prestigio de verdad y marca la diferencia entre un buen equipo y un equipo para la historia. Analicemos las tres temporadas de Laso:
1ª. En la temporada 2011-12 se alcanzó un único título: la Copa del Rey. La Liga se tuvo al alcance de la mano pero se dejó escapar de manera incomprensible. Todavía recuerdo el triple innecesario de Llull y la posterior canasta de Huertas, sobre la bocina y desde medio campo.

2ª. La temporada 2012-13 dejó dos títulos: Supercopa de España y Liga, ante un Barcelona mermado por las lesiones y en sus horas más bajas, por un agónico 3-2 y por el buen hacer de los suplentes Darden, Draper, Slaughter y Reyes, desaparecidas las “estrellas” prácticamente en los 5 partidos. Se perdió final de la Euroliga de manera bochornosa, con tres últimos cuartos de infausto recuerdo. Entonces se dijeron bobadas como que “El equipo era inexperto” (varios de los jugadores habían disputado finales de Campeonatos del Mundo, Juegos Olímpicos, Eurobasket y jugado en la NBA), o “La final ya es un éxito y el próximo año será diferente”, desconociendo la exitosa historia del Madrid de baloncesto.

3ª. La temporada 2013-14 se prometía muy feliz, con el Madrid rompiendo récords y jugando un baloncesto espectacular. Se consiguieron la Supercopa de España y la Copa del Rey, ésta en el último segundo, con una canasta a la desesperada de Llull. Pero llegaron los grandes títulos y desapareció el encanto. La Euroliga se perdió ante un equipo muy inferior, tras apalizar al Barcelona en la semifinal, síntoma de la falta de consistencia y fiabilidad en los momentos clave; una montaña rusa que tan pronto está arriba como abajo en un abrir y cerrar de ojos. A la final de la Liga se llegó bajo mínimos, tras arrasar en la Liga regular y tener ventaja de campo, cayendo por 1-3 ante un Barcelona que se aprovechó del lamentable estado físico y mental del Madrid -consecuencia de la horrorosa planificación-, con Laso borrándose en el cuarto partido, forzando su expulsión. Lo que iba a ser la culminación de un proyecto, terminó en hecatombe, en una desilusión total, en un descalabro y fracaso sin paliativos.

En definitiva, tres Supercopas de España de cuatro jugadas y dos Copas del Rey de tres participaciones; un alto porcentaje en títulos menores. Por el contrario, una Liga de tres jugadas y cero Euroligas; un paupérrimo historial para el equipo más laureado de Europa. Todo ello es consecuencia del sistema empleado por Laso y sus carencias en la dirección del equipo: anarquía total –disfrazada de libertad- para unos jugadores talentosos, pero falta de un plan B para cuando los jugadores no estén acertados y el equipo contrario sepa llevarte a su terreno, maniatando y anulando el juego vistoso y veloz pero carente de pizarra y estrategia. Solo hay que ver cómo se perdieron las dos finales de la Euroliga o esta última Liga para percibir que los rivales, siendo inferiores, le han dado un baño táctico a Laso, sabiendo castigar sus puntos débiles, una y otra vez, sin respuesta alguna del entrenador blanco. Otro grave problema es la falta de equilibrio entre juego exterior e interior, éste inexistente casi, como se pudo comprobar en esta final de Supercopa, donde los pívots apenas recibieron balones en la pintura, aunque el acierto exterior y la victoria tapen esa deficiencia. Y no es problema del jugador interior, no. Es un problema del entrenador, que no trabaja ni enfatiza ese aspecto, restándole importancia. Hasta el gran Sabonis fracasaría en este equipo de Laso.

Hay mimbres para hacer un gran cesto, sin duda alguna, pero el artesano de que disponemos no es bueno en su profesión y nos dejará el cesto a medio hacer o mal hecho. Mucho me temo que esta temporada pase otra vez igual, con un entrenador que debería haberse marchado tras la debacle de final de temporada pasada. Es un cadáver momificado ocupando el puesto de entrenador, con nada que ofrecer ya al conjunto blanco. Y un dato a todos los que se conforman con perder finales: el Real Madrid ya ganaba Copas de Europa en los años 60 y 70, dominando el viejo continente. Lean quién fue Saporta y Ferrándiz y aprendan un poco la historia del baloncesto madridista. Tal vez así superen el déficit de conocimiento que padecen y comprendan que es imposible aceptar el ser segundos como un triunfo. Para el Real Madrid solo vale ser primero y nada más. Por eso es el club más grande y con más títulos.



José Quijada Rubira.

miércoles, 1 de octubre de 2014

REAL MADRID: CÓMO AGRANDAR UN PROBLEMA

Todos sabemos que el comienzo del problema se inició con Mourinho por ser un entrenador independiente y valiente, atreviéndose a quitar la titularidad a un Casillas ya en declive, como había demostrado sobradamente en los partidos de la temporada 2012-13. Además, la lesión de Iker precipitó el fichaje de Diego López que se ganó el puesto con esfuerzo, honradez y buenas actuaciones. Pero el poder del portero de Móstoles es omnímodo y, descontento con su suplencia, forzó la salida del entrenador portugués -con la ayuda de otras vacas sagradas como Ramos y Cristiano-, moviendo los hilos para que sus periodistas lacayunos lanzaran una campaña monstruosa y abyecta en contra de Mourinho. Florentino, que pudo parar el órdago de Casillas, se puso de su parte y finiquitó la etapa del entrenador de Setúbal en el Madrid. Primer error del Presidente del Madrid que, como siempre le sucede en estos casos, carece de mano dura y prefiere doblegarse ante la jerarquía del vestuario, creyendo que así tranquilizará la situación.

Sabedor de las enormes campañas propagandísticas a favor de Casillas y del poder que le había otorgado al ceder a su petición de cortar la cabeza de Mourinho, Florentino trae a Ancelotti, un entrenador con prestigio y veteranía pero blando y pusilánime, que huye de problemas y acepta de buen grado bajarse los pantalones ante el núcleo duro del vestuario. Pero cómo vería a Casillas que, incluso un cobardón como Carlo, toma una decisión salomónica que no contenta a nadie: en Liga, Diego López; en Champions y Copa de España, Iker. Lejos de apaciguar las aguas el cisma entre el madridismo y dentro del equipo aumenta, convirtiendo la situación en irrespirable e insostenible. Segundo error del Presidente del Madrid, que ficha a un entrenador dócil  como remedio pero, por el contrario, el problema se agiganta cada día y teme que le pueda estallar en las manos.

Tras el ridículo monumental de Casillas en la final de Champions y en el Mundial de Brasil, las pocas opciones de la venta de Iker se van al garete. Decenas de millones de telespectadores ven el cochambroso estado de forma del mostoleño, una ruina física vestida de portero. Como Florentino no quiere desembolsar casi 40 millones de euros de su contrato para que se vaya, pacta con Ancelotti su titularidad y se quita de en medio a Diego López, víctima de las tretas sibilinas de Casillas y sus periodistas trompeteros, al que le han hecho la vida imposible -como ya había sucedido con Mourinho-, creyendo que el tema se zanja definitivamente y a pesar de fichar a un gran portero como Keylor Navas, otro mártir inocente en la lista del filtrador ex portero de Móstoles. Tercer error del Presidente del Madrid, que no mide el declive absoluto de Iker, convertido en un espantajo bajo palos, carente de fuerza física y reflejos, convertido en el portero más goleado de la Liga, con 6 goles de 7 tiros a puerta. El Bernabéu, que hasta ahora era unánime en su apoyo, lo abuchea.  El problema ya no es sólo un problema, es el PROBLEMA, con mayúsculas.


¿Y ahora qué decisión tomará Florentino? ¿Dejará que el cáncer de Casillas siga su rumbo y destroce la temporada que acaba de empezar? ¿Permitirá que un club con más de 500 millones de presupuesto sea chantajeado por un traidor? Por no cortar el conflicto de raíz cuando se produjo en tiempos de Mourinho, el atolladero en que se ha metido el Presidente del Madrid tiene una salida más difícil que antes y que le va a salpicar también, quiera o no, por sus decisiones medrosas y achantadas. Como se dice vulgarmente: de aquellos polvos, estos lodos o cómo agigantar un problema que era fácil de solucionar. Puede terminar como el rosario de la aurora.


José Quijada Rubira.

sábado, 27 de septiembre de 2014

ESPAÑA YA NO EXISTE: SE SUICIDÓ

Aunque pisamos el mismo suelo y habitamos la misma superficie que ocupó España durante tantos siglos; el mismo terreno que vio nacer a tantos gloriosos hombres que con sus gestas, sabiduría, esfuerzo y valentía llevaron a la nación española a ser la primera potencia del mundo -donde el sol no se ponía-, España ya no existe; sólo es pasado, recuerdo, historia. Pero lo más grave y paradójico es que la demolición de España ha sido perpetrada por sus propios ciudadanos,  resquebrajando y carcomiendo, poco a poco pero sin pausa, los cimientos que sostenían la nación, la base que daba la fuerza y la razón de ser de España. Todo comenzó con la Constitución de 1978 y su monumental disparate de las “nacionalidades”, que ha sido la causa que ha derribado el “Katéjon” que impedía romper a España, el “obstáculo” que menciona San Pablo en su Segunda Carta a los Tesalonicenses (escrita hacia el año 57 d. C.) que, “al ser removido da lugar a la aparición del hombre sin ley, el impío que engañará a muchos y sembrará una gran confusión”. El filósofo Julián Marías ya lo denunció y definió a la perfección el 15 de enero de 1978: “Con la palabra “nacionalidad” se quiere designar algo así como una “subnación”; pero esto no lo ha significado nunca esa palabra en nuestra lengua. El artículo del anteproyecto no sólo viola la realidad, sino el uso lingüístico”. Como ha escrito hace poco Gabriel Albiac, “…habían consumado el error fatal”. Una vez abierto el melón de la unidad nacional, todo lo demás fue cuestión de tiempo para pudrir todo lo de dentro hasta su total descomposición y desaparición. Para no extenderme mucho, sólo unos pocos ejemplos, pero muy significativos, corroborarán tozudamente lo anteriormente expuesto:

-El secesionismo catalán es un hecho, con la Ley de Consultas a la vuelta de la esquina y la “Cruzada” contra el español, donde padres llevan años peleando para que sus hijos reciban el 25% de las horas lectivas en castellano, como marca la ley, o donde llevar una bandera de España es todo un acto de heroicidad ante el peligro físico que conlleva. Por no hablar del aislamiento, persecución y vigilancia a todo el que no comulgue con las ideas nacionalistas, y la ridícula invención de una “historia” catalana a su medida, donde la mentira burda y el fanatismo se abrazan.

-El separatismo asesino vasco, con los terroristas ocupando alcaldías, diputaciones y concejalías, instalados en el poder después de casi 1.000 asesinados y más de 200.000 paisanos exiliados por el terror y el hostigamiento más bárbaro. Por no hablar de que la Selección de España de fútbol nunca ha jugado en “democracia”  en el llamado País Vasco -síntoma baladí pero evidente de que ya no es España-, o el rechazo a dar el mensaje navideño del Rey por la televisión pública vasca (ETB).

-La transferencia de la educación  a las llamadas Comunidades Autónomas, donde se obstaculiza y se niega el uso del castellano, y se explica y falsea una historia distinta en cada una de ellas, arrinconando la interpretación general de los hechos históricos de España como unidad. Por mencionar de pasada que la aplicación de la Lomce pasará desapercibida en cinco comunidades (Andalucía, País Vasco, Canarias, Asturias y Cataluña), hecho demostrativo del incumplimiento de la Ley, una vez más, sin ninguna consecuencia al respecto.

-La transferencia de la sanidad a las “Autonosuyas” –que diría el gran Vizcaíno Casas-, que ha dado lugar a casos tan trágicos como la muerte de una niña de tres años al serle denegada una ambulancia por parte de la sanidad vasca, porque pertenecía a Treviño (Burgos), síntoma de la degeneración sin límite de un sistema corrompido y abyecto.

-El posicionamiento de toda la izquierda a favor del islamismo y de todas sus reclamaciones, con el Parlamento de Andalucía (PSOE-IU) a la cabeza, dando luz verde a tomar todas las medidas políticas y legales contra el registro de bienes eclesiásticos, con la expropiación de la mezquita-catedral de Córdoba como símbolo de su odio a todo lo que fue España, sin una sola razón ni histórica ni artística para que no sea de la Iglesia.


No es extraño que solo un 16% de los ciudadanos esté dispuesto a defender lo que fue España, y aún me parece mucho después de arrancarnos el sentimiento de pertenencia y arraigo como nación. ¿Acaso cualquiera de los hechos citados  sería permitido por cualquier nación democrática con un Estado de Derecho en pleno funcionamiento? ¿Socavarían y renegarían de su historia pasada naciones como Estados Unidos, Inglaterra o Francia? ¿Pondrían obstáculos a que su lengua oficial sea enseñada y aprendida? ¿Abrirían las puertas a los terroristas asesinos de su propia ciudadanía obsequiándoles con puestos oficiales? ¿Tan difícil es de entender o acaso no queremos aceptar la cruda realidad? Chesterton, uno de los grandes literatos del siglo XX, decía en su magistral “El hombre eterno” que la mejor perspectiva es alejarse y mirar a cierta distancia para descubrir la realidad: “Un lugar en el que había vivido siempre y que había pasado desapercibido a su mirada debido a su cercanía y a la enormidad de sus dimensiones”. Pues una mirada fría y alejada de toda esta embaucadora mentira que es esta democracia,  nos desvelaría la autenticidad de que España ya no existe: se suicidó.


José Quijada Rubira.

viernes, 29 de agosto de 2014

DEL BOSQUE: LA HUMILDAD SOY YO

Apoyado y sostenido por el mafioso Villar y su corrupta Federación Española de Fútbol, aplaudido y bendecido por periodistas y medios de comunicación prostituidos y lacayos, ensoberbecido y endiosado por los triunfos pasados, las últimas declaraciones de Del Bosque supuran perversión, desvergüenza, cinismo e hipocresía a la vez, ayunas de crítica y valor,  sobradas de excusas irrisorias y pueriles que producen sonrojo a mentes con una mínima capacidad de razonamiento, inmunes a la toxicidad y complicidad bien pagada de muchos mass media y gacetilleros empeñados en elevar la inanidad del marqués Del Bosque a un pedestal de adoración.

Nos exhorta el seleccionador salmantino que él es muy humilde pero que nunca ha tenido dudas en seguir en el cargo. Hay que comprenderlo aunque a la inmensa mayoría de los mortales nos sea difícil alcanzar ese grado de humildad tan excelso: Don Vicente carga sobre sus hombros la inmensa y penosa tarea de continuar como seleccionador español para así evitar al resto de los españoles una tarea tan ardua, dura y sacrificada. Es decir, se inmola por todos nosotros. La misericordia y compasión de Don Vicente es inigualable. Es nuestro Papa particular de España, superior en piedad y caridad al Papa Francisco, una sombra tenue a su lado.

Además, Don Vicente, el Papa español, sigue porque han pesado más siete años que dos malos partidos, según dijo él. Criterio que alteró cuando del Real Madrid se ha tratado porque siempre ha pesado más la no renovación de Florentino que sus muchísimos años en el club blanco. ¿Pero quién somos nosotros para discutir los caminos inescrutables que Don Vicente toma? Su altura de miras está muy por encima de todos nosotros, pobrecillas alimañas, que no alcanzamos a discernir.

También nos comenta Don Vicente, el Papa español, que él no es exaltado porque los exaltados no toman decisiones justas. Es decir, que como Don Vicente no es exaltado siempre sus decisiones son justas, imparciales, honradas, y ecuánimes. Tanta demostración de modestia y llaneza es inabarcable para cualquier ser que habite el planeta terrestre. Creo que no merezco ni vivir al lado de una figura tan pía y grandiosa como nuestro Papa Vicente.

Porque lo del mundial de Brasil no es un fracaso, sino un resbalón circunstancial; no es una hecatombe, sino un cúmulo de mala suerte, una piedra inoportuna en su camino imparable hacia la santidad. Por eso reprende a los que osan criticarle, a los que le llevan la contraria. No es lícito ni ético vituperar y reprobar la labor de nuestro sabio Papa Vicente, que siempre vela y se desvela por todos nosotros y nos da consejos sobre lo que está bien y lo que está mal.

El no acudir al adiós a Di Stéfano no es importante porque aunque parezca que estuvo ausente no es así. El Papa Vicente es una entidad espiritual de carácter excelso muy cercana a la divinidad y estuvo presente siempre en la capilla ardiente y en el funeral, algo que los demás seres humanos, tan llenos de pecados y defectos, no pudimos percibir. Él tiene el don de la ubicuidad.

El desplante a Florentino Pérez, pasando de largo sin mirar ni saludar (todo porque el presidente blanco no le renovó, aunque meses antes el marqués rechazó una oferta de renovación al alza), en la entrega de trofeos en la Final de la Supercopa de Europa, es supuestamente un acto de arrogancia por parte de Del Bosque, pero la naturaleza angélica de nuestro Papa español Vicente desmiente todo mal pensamiento hacia él. Tengamos en cuenta que todo lo que nosotros, ignorantes y pecadores mortales, vemos como insolencia, rencor, inquina, resentimiento, odio, animadversión, fobia, hipocresía o doblez, en el marqués Del Bosque se transforma en humildad, sencillez, campechanía, bonhomía, franqueza, inocencia, sencillez y, sobre todo, sabiduría. Por eso nos aconseja y dicta lecciones, como buen pastor a sus descarriadas ovejas.


La farsa y la simulación lo lleva practicando Del Bosque durante tanto tiempo que tiene el disfraz adherido a la piel y ya no distingue cuándo actúa y cuándo no, creyéndose a pies juntillas el personaje que ha creado, no discerniendo la realidad. Le pasa como a  alguno de los antiguos actores de Hollywood, Bela Lugosi y Johnny Weissmuller, que interpretaron tanto los papeles de Drácula y Tarzán (respectivamente), que acabaron creyéndose que eran ellos, suplantándoles. El filósofo, teólogo, sociólogo, tratadista y político español Jaime Balmes, dijo: “El hombre emplea la hipocresía para engañarse a sí mismo, acaso más que para engañar a los otros”.  Del Bosque definido a la perfección. Un día de estos, nuestro Papa Vicente nos hará el grito de Tarzán. Perdón, nos dará a todos el Urbi et Orbi. Arrodillémonos todos.


José Quijada Rubira.

viernes, 30 de mayo de 2014

LA SEGUNDA EDAD DE ORO DEL REAL MADRID DE BASKET

Tras perder el Real Madrid de manera agónica e injusta la final de la Copa de Europa de 1969, se abrió un periodo de oscuridad de cuatro años en la competición continental, con resultados mediocres para las expectativas e historial del equipo. Es cierto que en España se seguía dominando con claridad pero el cierre de las competiciones nacionales a los jugadores extranjeros, dificultó la integración de los fichajes foráneos, que pasaron sin pena ni gloria durante estos años. Todo iba a cambiar de manera radical en la temporada 1973-74, pues se permitió la participación en la Liga de un extranjero por plantilla. El gran Emiliano se acababa de retirar en 1973 y Ferrándiz fue en busca de un sustituto fiable. Se trajo a un tal Walter Szczerbiak, alero blanco americano de 1,98 metros, de gran calidad y un tiro letal. Con su incorporación y los Luyk, Brabender, Rullán, Cabrera, Corbalán… el equipo merengue regresó a la élite de nuevo, iniciándose la segunda edad de oro de la sección de baloncesto. En los siete años que van de la temporada 1973-74 a la 79-80, se consiguió llegar a cinco finales de Copa de Europa y lograr ser campeón tres veces, además de innumerables títulos y trofeos.

La temporada 1973-74 fue arrolladora por parte del conjunto blanco, deshaciéndose con suma facilidad de todos sus rivales y llegando a la final de la Copa de Europa frente al entonces dominador de la competición: el todopoderoso Ignis de Varese, campeón en 1969-70, 71-72 y 72-73. Se jugó el 3 de abril de 1974 en Nantes, con los italianos como claros favoritos. En sus filas nada menos que Meneghin, Morse, Raga, Bisson, Ossola y Zanatta. Aunque el Ignis se fue de hasta 11 puntos, la entrada del genial Cabrera equilibró el marcador. A falta de dos minutos y medio, con 78-74 para el Madrid, Cabrera cometió su quinta falta personal. Todo el mundo creía que sería Vicente Ramos, despojándose del chándal en esos momentos, el sustituto del base canario. Sin embargo, Ferrándiz, en otra de sus geniales intuiciones, sacó a un joven de apenas 18 años llamado Corbalán, que desbarató la presión italiana y, además, anotó los cuatro tiros libres que lanzó, llevando al Real Madrid al triunfo por 84-82, y a su quinta Copa de Europa. Brabender (22), Cabrera (16), Luyk (14), Walter (14), Rullán (14), Corbalán (4) y V. Ramos, fueron los artífices de la gesta. Además, se ganó la Liga invicto, con una paliza histórica al Barcelona por 125-65, y la Copa del Generalísimo. El gran Real Madrid había vuelto para permanecer en la élite.

Pedro Ferrándiz anunció a principios de la temporada 1974-75 que sería su último año al frente del Real Madrid, dejando como sucesor a Lolo Sáinz, su asistente desde hacía varios años. El equipo siguió en la misma gran línea, derrotando en las semifinales al Zadar yugoslavo del gran Cosic, con dos grandes exhibiciones. La final europea tuvo lugar el 17 de abril de 1975 en Amberes, y otra vez frente al eterno rival del Ignis de Varese. Días antes, Ferrándiz dijo en una entrevista que si pudiera elegir un jugador italiano para que no jugara contra el Real Madrid, sería Meneghin el elegido. Dicho y hecho: una fractura en la mano impedía el concurso del colosal Dino Meneghin. Sin embargo, a pesar del 38-35 para el Madrid al descanso, la presión defensiva del Ignis en el segundo tiempo y la actuación del desconocido Rizzi, con 13 puntos, llevó a los de Varese al triunfo por 79-66. Brabender (21), Walter (16), Corbalán (11), Rullán (10), Luyk (6) y Cabrera (2), fueron los anotadores del conjunto blanco. El mal sabor de boca se palió en parte con la consecución de la Liga, aunque se perdió la imbatibilidad tras tres años, dos meses y 26 días (31-10-71 al 2-02-75), y la Copa del Generalísimo. El mago e inigualable Pedro Ferrándiz se retiraba, dejando al Real Madrid en la cúspide.

En la temporada 1975-76 debutaba en el banquillo madridista Lolo Sáinz, que permaneció hasta 1988-89, consiguiendo cuantiosos títulos. Se incorporó sólo para competición europea a John Coughran, alero fuerte de 2,01 metros, que daría relevos a un ya veterano Luyk (35 años). En Copa de Europa fue superando rivales y, tras deshacerse fácilmente del Villeurbanne francés en las semifinales, accede a la final disputada en Ginebra, el 1 de abril de 1976, y contra el mismo oponente por tercera vez consecutiva: el Mobilgirgi de Varese (antes Ignis). El Real Madrid dominaba al descanso por la mínima (43-42). La incertidumbre se mantuvo hasta los últimos ocho minutos donde la mayor fortaleza bajo los tableros de los italianos y el permisivo arbitraje, dieron el triunfo a los de Varese por 81-74. Walter (24), Brabender (22), Coughran (16), Cabrera (6), Luyk (2), Rullán (2), Cristóbal (2), Corbalán y Vicente Ramos fueron los jugadores utilizados en el encuentro. La Liga se volvió a conquistar, con otra paliza memorable al Barcelona (114-76) y dos récords, en un mismo partido, que aún permanecen: mayor diferencia de puntos (92, en el 140-48 al Breogán) y mayor anotación individual (Walter, 65 puntos).

La temporada 1976-77 comenzó con la Copa Intercontinental celebrada en Buenos Aires, del 1 al 5 de octubre de 1976, llegando a la final contra el inevitable rival del Mobilgirgi de Varese. En esta ocasión, el Real Madrid se tomó cumplida revancha y consiguió su primer trofeo Intercontinental al vencer por 79-74 a los italianos, con una portentosa actuación de Rullán. En la Copa de Europa, las lesiones de Rullán, Luyk y Cristóbal debilitaron al conjunto blanco que no pudo acceder a la final. Fue el único lunar de la temporada porque la Liga se ganó de nuevo, con otro histórico aplastamiento al Barcelona por 138-78; y la Copa de España regresó al equipo merengue, dando otro soberano correctivo al Barcelona en la final: 97-71, con Brabender (33) y Walter (18) dinamitando a los azulgranas. Fue el último partido de Vicente Paniagua.

La mayor novedad para la temporada 1977-78, fue que Coughran y Walter intercambiarían los roles, jugando éste sólo la Copa de Europa; una decisión equivocada como se demostraría más tarde al perder la Liga. Del 4 al 8 de octubre se disputa en Madrid la Copa Intercontinental, que el Real Madrid vuelve a ganar tras derrotar al Mobilgirgi de Varese por 115-94, en un partido memorable. En la Copa de Europa se pasó a la final sin problemas, con dos jornadas de antelación a la finalización de la liguilla entre los seis equipos clasificados. En la Sala Olímpica Carl Diem de Munich, donde la URSS había derrotado a USA en los Juegos Olímpicos de 1972, se disputó la final el 6 de abril de 1978, y una vez más frente al Mobilgirgi de Varese. Estaba en juego el récord de títulos continentales (cinco cada equipo) y el honor del Real Madrid tras las dos derrotas seguidas. Tras un comienzo arrollador del Madrid (20-10), los italianos consiguieron nivelar el marcador al descanso (41-40). En el segundo tiempo, la lesión de Coughran dio lugar a la entrada de Prada, que dejó en cero puntos a Morse con un marcaje perfecto. Pero el gran protagonista fue un excelso y maravilloso Carmelo Cabrera que desarboló la presión de los de Varese, contagiando a sus compañeros. Un claro 75-67 devolvía al Real Madrid la Copa de Europa, su sexto título, quedándose solo en lo más alto. En el diario “AS”, Carlos Jiménez escribía: “…Se fraguaba ese 75-67 que retornaba la Copa de Europa a Madrid, con todos los pronunciamientos favorables tras un encuentro en el que los blancos habían salido con el pronóstico en contra, pero lograron echar por tierra todos los vaticinios, mientras los italianos caían abatidos por el huracán que eran Cabrera y sus compañeros bajo la batuta magistral de Lolo Sáinz”. Walter (26), Rullán (19), Brabender (16), Coughran (10), Cabrera (9), Corbalán (2), Prada (2) e Iturriaga fueron los artífices del triunfo. Fue la despedida del grandioso Clifford Luyk y de Vicente Ramos; también, la última Copa de Europa de Don Santiago Bernabéu, el mejor presidente deportivo de todos los tiempos, que fallecía el 2 de junio de 1978, y que a pesar de lo avanzado de su enfermedad, asistió a la audiencia concedida por el rey Juan Carlos con motivo de la victoria de su Real Madrid.

En la temporada 1978-79, el Real Madrid incorporó a Randy Meister, pívot de 2,05 de estatura, que sustituyó a Coughran, mientras Walter seguía sólo en competición europea. Se conquistó por tercera vez consecutiva la Copa Intercontinental, jugada en Buenos Aires en el mes de julio, dejando en la cuneta al inevitable Mobilgirgi de Varese y ganando la final al equipo anfitrión, el Obras Sanitarias, por 104-103, tras una canasta de Prada a falta de 2 segundos para el final. La Liga volvió de nuevo a las vitrinas blancas, demostrando una gran superioridad. En la Copa de Europa nos quedamos a las puertas de la final por un partido que ha quedado grabado en la memoria por su dramático desenlace. Se jugaba en el Pabellón de la Ciudad Deportiva y era el último partido de la liguilla que daba acceso a la final; el que ganase jugaría contra el Bosna de Sarajevo, ya clasificado. El rival era el enemigo de siempre: el equipo de Varese ahora llamado Emerson. El partido finalizó con empate a 75 y, tras cinco minutos de prórroga, se llegó al final con 82-83 para los italianos, pero tiros libres para Prada por la falta recibida en el último segundo. Disponía de tres tiros libres para nivelar la balanza, ya que estaba en vigor la norma del 3x2. Un enceste significaba otra prórroga y dos, el billete a la final. Con un silencio sepulcral, el público al borde del infarto y los varesinos sin querer mirar el aro, Prada, lamentablemente, erró los tres lanzamientos (los tres lanzados al lado derecho del aro), ante el desconsuelo generalizado de los aficionados que abarrotaban el Pabellón. Era el único jugador de esa plantilla capaz de fallar los tres lanzamientos. Fue una enorme decepción que quedaría superada al año siguiente.

Las bajas de Cristóbal Rodríguez y Carmelo Cabrera -ésta muy sorprendente-, sustituidos por el pívot Romay y el base José Luis Llorente, serían las novedades de la temporada 1979-80. La Liga se ganó de nuevo, a pesar de perder en casa por un punto frente al Barcelona y romper una racha de imbatibilidad desde la temporada 1968-69, cuando cayó ante el KAS (el Madrid era ya campeón de Liga) porque Ferrándiz reservó a los titulares para la final de Copa de Europa. Precisamente, se llegó a la final de ésta competición tras una liguilla muy igualada, con victorias angustiosas ante el Bosna Sarajevo (vigente campeón) del gran Delibasic y el Maccabi. La final se disputó en Berlín, el 23 de marzo de 1980, ante el equipo del Maccabi de Tel Aviv, con mayoría en las gradas de aficionados israelíes. Aunque no era favorito, el Madrid marchó al descanso con ventaja: 48-40. Las defensas alternativas de Sáinz sorprendieron al Maccabi y permitieron tomar una ventaja de 13 puntos (55-42). Pero las eliminaciones de Corbalán y Meister, y el agotamiento de los otros titulares hizo peligrar la victoria. Al final, 89-85 para los blancos y séptima Copa de Europa. A destacar, la majestuosa actuación de Rullán que, con 27 puntos, destrozó al equipo israelí. Meister (21), Walter (16), Brabender (12), Corbalán (9), Llorente (2), Querejeta (2) y Prada, fueron los participantes del triunfo. El diario “AS”, con la firma de Carlos Jiménez, escribía: “Siete títulos, siete. Un nuevo récord para este gran Real Madrid, que saca fuerzas Dios sabe de dónde para proclamarse campeón de Europa, con todos los pronunciamientos favorables, justo en el momento que parecía más bajo. Luchando contra pronóstico, contra un ambiente mayoritariamente israelita, contra un Maccabi que es un formidable equipo…”. Sería el último partido del fabuloso Walter, tras siete años, y el final de la segunda edad de oro del Real Madrid de baloncesto.. Ya nada sería igual a las dos décadas de los sesenta y setenta, grandiosas e irrepetibles, donde se forjó la leyenda y el mito, la gloria y la épica de un equipo que maravilló y encandiló al mundo.


José Quijada Rubira.


domingo, 25 de mayo de 2014

ESPAÑISLAM: CUANDO EL DESTINO NOS ALCANCE

Desde la llegada de ese trampantojo que tenemos por democracia, partidos políticos y medios de comunicación nos bombardearon e inocularon de ilusiones vanas, haciendo creer a la mayor parte de la sociedad que su llegada sería la panacea de todos los males, la solución a toda desigualdad, el ungüento amarillo que daría lugar a una España mejor, libre de rencores pasados y más justa. Nos engatusaron con el “Habla, pueblo, habla” y el poder de las urnas, de la misma manera que se convence y contenta a un niño comprándole unos chuches. Con el paso del tiempo, los partidos políticos se hicieron los dueños incontestables y omnímodos del chiringuito democrático, creando una gigantesca administración que es una red clientelar encubierta, y adulteraron al poder judicial, nombrando directamente a sus miembros, lo que significa el secuestro total del Estado democrático. Desmembraron a España en 17 reinos de taifas, creando sus 17 gobiernos, sus cajas de ahorro, sus televisiones autonómicas y sus embajadas en el extranjero, con la transferencia de la educación a cada una de ellas, lo que ha significado la puntilla final a la unidad de la patria, pues el germen de odio a España es ya irreversible. Se ha autorizado el triunfo del terrorismo, permitiendo que Bildu se haya instalado en la administración de Vascongadas, y la libertad de sus terroristas, sin entrega alguna de armas ni arrepentimiento. Se ha alimentado el éxito del independentismo catalán por la condescendencia e inacción de gobierno y oposición, facilitándoles el proceso secesionista en lugar de aplicar los mecanismos del Estado de Derecho. Se ha permitido que la crisis económica sea mucho más mortífera en España, por no aplicar las medidas oportunas a su debido tiempo. Nos han obsequiado con toda clase de vilezas, corrupciones, traiciones y miserias a cambio de un voto; es decir, a cambio de nada porque los partidos políticos no cumplen sus programas electorales, por lo que la papeleta vale lo mismo que si se deposita en la basura. Sólo les preocupa vivir como reyes a costa del resto de españoles y mantener a salvo su privilegiada posición.


A pesar de la gravedad extrema de todo lo expuesto, temo que aún mayor trascendencia y peligro –por su inminencia- es el problema del islamismo en España, el cáncer más extendido y que amenaza metástasis, si es que no es ya incurable, insanable en la achacosa piel de toro española. Según el último estudio demográfico de la población musulmana en España, llevado a cabo por el Observatorio Andalusí y referido a fecha del 31 de diciembre de 2013, 1.732.191 musulmanes residen en nuestra patria, con 1.200 mezquitas distribuidas por todo el territorio español. La inmigración musulmana ha transformado la sociedad española. Nuestra cultura nativa es descartada como irrelevante y el cristianismo arrinconado. Valores como “libertad de religión” se llevan al extremo en detrimento de nuestra “libertad de expresión”, que nos es robada porque “no es justo para los inmigrantes”, que tienen prioridad sobre la población originaria. Ellos no se adaptan, imponen sus normas y religión y nosotros debemos asumirlo y doblegarnos en nuestra propia nación.

 Hay que destacar el casi medio millón de musulmanes que habitan en Cataluña y que  están siendo parte importante en su proceso secesionista, como reconoce “The New York Times” con un cristalino titular: “Los inmigrantes han ayudado a Cataluña a separarse de España”. El reciente informe del Departamento de Estado de los Estados Unidos, considera a Cataluña como el núcleo más peligroso del islamismo en Europa. Así, un informe secreto del ex embajador Eduardo Aguirre fechado en octubre del 2007, decía: “La alta inmigración, tanto legal como ilegal, desde el norte de África, así como de Pakistán y Blangladesh, hace de esta región un imán para reclutar terroristas”. Lo demuestra que el jefe de los paquistaníes de CIU es un islamista radical (Khalid Shabaz) que fue detenido en 2011 por la Policía por estafa y falsificación de documentos, ocupando el número 79 en la lista de Artur Mas a las autonómicas de 2012, y está considerado por las Fuerzas de Seguridad como un “paquistaní de ideología extrema”. Estos islamistas radicales son recoge votos entre los cientos de miles musulmanes instalados en Cataluña. Por eso el separatismo catalán ha priorizado la migración magrebí sobre la latina, para que les ayudase en su proyecto de construcción nacionalista. Ya sabemos por qué el 30% de la población musulmana de España vive en Cataluña, siendo la región europea con mayor proporción. Desde el Gatestone Institute se habla ya de la República Islámica de Cataluña.

Pero no sólo los nacionalistas catalanes se unen a los a los musulmanes para destruir España, también la izquierda y su cristofobia se apoya en ellos para destruir toda raíz cristiana, como demuestra que la Junta de Andalucía, en manos de PSOE-IU, pretende expropiar la Mezquita-Catedral de Córdoba, propiedad de la iglesia desde Felipe IV, donde una cédula real del año 1659 reconocía al obispo como “dueño legítimo”. Está históricamente comprobado que la izquierda y los nacionalismos se alían con todo lo que sea anti España, con todo lo que les permita y ayude destruir la España milenaria y cristiana. Son los nuevos Conde Don Julián y Obispo Don Oppas, que traicionaron a España permitiendo la invasión musulmana. Quieren borrar y anular las gestas de Don Pelayo, El Cid, Fernando III El Santo, Jaime I El Conquistador, los Reyes Católicos y tantos héroes que han derramado su sangre por España y forjado la gloriosa historia de nuestra patria; quieren desandar casi ocho siglos de Reconquista cristiana y española ante el invasor Islam; quieren, en definitiva, matar a España porque ha sido, históricamente, el muro contra el que se ha dado de bruces el islamismo.


A pesar de los negros nubarrones que se ciernen sobre España y su fatal destino tal vez ineluctable, me quedo con los versos de Fernando de Herrera, escritor español del Siglo de Oro apodado “el Divino” que, en su poema “Por la Victoria de Lepanto”, escribía: “¿Quién contra la espantosa (amenaza turca) tanto pudo? El Señor, que mostró su fuerte mano por la fe de su príncipe cristiano y por el nombre santo de su gloria, a su España concede esta victoria…”.


José Quijada Rubira.

lunes, 12 de mayo de 2014

LA PRIMERA EDAD DE ORO DEL REAL MADRID DE BASKET

Al igual que el Real Madrid de fútbol dominó Europa en la segunda mitad de los años 50, conquistando cinco Copas de Europa consecutivas, el equipo de baloncesto blanco también reinó en el viejo continente, hacia la segunda mitad de los años 60, ganando cuatro Copas de Europa en cinco años, siendo finalista en siete ocasiones en las ocho temporadas que van de la 61-62 a la 68-69, marcando una época irrepetible, imperando de una manera casi insultante y destronando a los equipos del Este europeo, sobre todo soviéticos, inaccesibles e inalcanzables hasta entonces para cualquier conjunto de la Europa Occidental. El club merengue, de la mano de Saporta y Ferrándiz, conseguiría destrozar el monopolio de la entonces Europa comunista, poco a poco, formando cada año que pasaba una plantilla más fuerte, acercándose de manera inexorable a la cúspide de Europa, apabullando con un baloncesto brillante y moderno, basado en un juego veloz y dinámico. Todo empezó así:

Corría la temporada 1961-62 y tras las incorporaciones en años anteriores de jugadores españoles de gran categoría como Emiliano, Sevillano y Sáinz, se sabía en el club blanco de la necesidad de traer un par de americanos que lograsen, de manera definitiva, el salto de calidad preciso para competir con el gigante soviético. Ferrándiz se trajo al globettroter Wayne Hightower (un prodigio de alero de 204 ctms.) y al discreto pívot Stan Morrison. Fue la temporada de la famosa autocanasta de Alocén y en la que se consiguió llegar a la final por vez primera. Se jugó inusualmente en una sede neutral (Ginebra, 26 de junio de 1962), en lugar de los dos partidos habituales de ida y vuelta, porque el gobierno español negó los visados de entrada a los jugadores soviéticos y no autorizó al Real Madrid a viajar a la Unión Soviética. El rival fue el Dinamo de Tiblisi, que venció al conjunto madridista por 90-83, imponiéndose el poder reboteador a la inmensa actuación de Hightower (30) y Emiliano (21). Morrison (12), Sevillano (11), Lluis (5) y Sáinz (4) completaron los anotadores del Real Madrid. La derrota fue digna y por primera vez un equipo de la Europa no comunista jugaba la final. La base ya estaba hecha. Liga y Copa de España fueron conquistadas.

La siguiente temporada (1962-63), se cambió la pareja de americanos y llegaron los pívots Clifford Luyk (203 ctms.) y Robert Burgess (204 ctms.), que triunfaron en el Madrid –sobre todo Luyk- y llevaron al equipo a la segunda final consecutiva de la Copa de Europa, aportando rebote y puntos. Ferrándiz pasó al cargo de director técnico y Joaquín Hernández al de entrenador. En esta ocasión la final era de ida y vuelta, jugándose primero en Madrid y frente al todopoderoso TSKA de Moscú, que acudió a la capital de España tras numerosas gestiones de Saporta ante el gobierno español para que autorizase la visita, y la amenaza de la FIBA de proclamar campeón al conjunto blanco por incomparecencia del rival. Era la primera ocasión que un equipo ruso actuaba en España, el 23 de julio de 1963 en el Frontón Fiesta Alegre, venciendo el Real Madrid por 86-69, con una extraordinaria actuación de Sevillano (26), Emiliano (24), Burgess (21) y Luyk (14). También participaron Durand (1), Sáinz, Alocén y Descartín. Desgraciadamente, el 31 de julio en un Estadio Lenin abarrotado, el TSKA igualó la desventaja de 17 puntos (91-74) a pesar del buen hacer de Luyk (22), Emiliano (18), Burgess (17), Sevillano (10 y Sáinz (6). También jugaron Durand (1), Alocén y Descartín. El partido de desempate se jugó apenas 24 horas después y en Moscú, el 1 de agosto, con un Madrid físicamente machacado que nada pudo hacer ante el equipo soviético: 99-80. Emiliano (21), Burgess (20), Luyk (14), Sevillano (14), Sáinz (7), Alocén (2) y Durand (2) fueron los anotadores de la segunda final consecutiva del equipo madridista. Era ya la hora de dar un paso más y alcanzar la cima. En Liga se proclamaron campeones, una vez más.

En la temporada 1963-64, los equipos de la extinta URSS no participaron en las competiciones europeas para preparar mejor a sus jugadores para los Juegos Olímpicos de Tokio-64, presentándose una gran oportunidad para lograr el título tan deseado. La pareja de extranjeros se mantuvo –para qué trastocar lo que funciona-, aunque se reforzó más con un tercer americano, Hill Hanson, con la misión de que cubriera las espaldas a sus compatriotas.  El conjunto merengue fue quemando etapas, cada vez más sólido y consolidado, alcanzando su tercera final consecutiva. El rival era otro equipo del telón de acero, el temible Spartak de Brno de Checoslovaquia, jugándose la ida en la ciudad checa (27 de abril de 1964), en el Estadio de Invierno y ante 14.000 espectadores, jugando el Spartak como un tigre furioso, perdiendo el Madrid por 11 puntos (110-99), una diferencia asequible gracias a las actuaciones enormes de Emiliano (31), Burgess (22) y Luyk (18). Completaron los anotadores Sevillano (10), Hanson (6), Sáinz (5), Descartín (4) y Durand (3). En la vuelta, el 10 de mayo de 1964, con un Frontón Fiesta Alegre a reventar y el entonces Príncipe Juan Carlos en el Palco de Honor, el Real Madrid comenzó a limar la diferencia poco a poco, consiguiéndose igualar en el minuto cinco de la segunda parte. A partir de ahí, nada pudo parar el empuje madridista, guiados por el frenesí del público asistente, logrando imponerse por un contundente 84-64. Como siempre, Emiliano (28) y Luyk (25) estuvieron sublimes, apoyados por Burgess (13), Sevillano (8), Sáinz (8) y Descartín (2) y Hanson. El Real Madrid tocaba la gloria en un clima de euforia irrefrenable. En el centro de la pista, los nuevos reyes de Europa eran aclamados. También se conquistó el título de Liga.

Para la temporada 1964-65, volvió como entrenador Pedro Ferrándiz tras el fallecimiento de Joaquín Hernández, y Hanson fue sustituido por Jim Scott, un corpulento americano de raza negra que será recordado por un mate en la cara del mismísimo Korac, en las semifinales de la Copa de Europa. Aunque se había conseguido el tan ansiado y buscado cetro europeo, la hazaña estaba incompleta al no haber participado los equipos soviéticos, y eso flotaba en el ambiente del equipo madridista. Se alcanzó de nuevo la final, después de una épica semifinal ante el poderoso OKK de Belgrado del gran Korac, y esta vez ante el rival deseado por todos: el TSKA de Moscú. En la ida, jugada en casa moscovita el 8 de abril de 1965, se consiguió un gran resultado con sólo siete puntos de desventaja (88-81), con una maravillosa actuación de Luyk (28). Burgess (15), Sevillano (11), Emiliano (10), Sáinz (7), Descartín (4), Durand (4) y Scott (2) fueron los otros anotadores. Cinco días más tarde, bajo la presidencia de los Príncipes de España, un Real Madrid desatado e imparable (42-29 al descanso), redondeaba la proeza y, esta vez sí, se imponía al TSKA de Moscú por 76-62, despejando dudas de quien era el mejor de Europa, con Emiliano (24), Luyk (18) y Burgess (16) en plan colosos. Sáinz (9), González (7), Sevillano (1) y Descartín (1) fueron los otros anotadores. El ritmo frenético impuesto en el Frontón Fiesta Alegre, no pudo ser frenado por los soviéticos y el conjunto blanco se alzaba con su segunda Copa de Europa consecutiva y, por primera vez en la historia, ante un equipo de la antigua URSS. Fue el último partido en el mítico y añejo Frontón Fiesta Alegre, que el Madrid tuvo que abandonar a petición de sus propietarios. Se logró el triplete, con Liga y Copa del Generalísimo también en sus vitrinas.

Más que feliz por los tres títulos conquistados la temporada anterior, Ferrándiz volvió a su atalaya de director técnico, lo que supuso un error garrafal para las aspiraciones europeas del Madrid. Le sustituyó el francés Robert Busnel, luego cabeza de la FIBA, de gran fama que no justificó en el conjunto blanco. Jim Fox, un pívot de 2,06 metros, sustituyó a su compatriota Scott. Luyk obtuvo la nacionalidad española en noviembre de 1965 y se incorporó a un joven alero español de 17 años: Toncho Nava. Se jugó en la cancha del Colegio Maravillas, hasta la inauguración del Pabellón de la antigua Ciudad Deportiva el 6 de enero de 1966. Todos estos cambios en la temporada 1965-66, dieron lugar a su eliminación en Copa de Europa por el que iba a ser el ganador: el Simmenthal de Milán, que contaba en sus filas con Bill Bradley, futuro senador y doble campeón de la NBA con los New York Knicks. A pesar de todo, Liga y Copa del Generalísimo sí se conquistaron.

Tras la decepción sufrida en Europa, Ferrándiz volvió como entrenador en la temporada 1966-67, esta vez de manera continuada. La pareja de americanos cambió al irse Burgess y ser nacionalizado Luyk, viniendo el ala-pívot Jim McIntyre (1,98 metros) y Miles Aiken, pívot negro de escasos dos metros pero de movimientos felinos y calidad a raudales. La plantilla se completó con los canteranos Paniagua, Guardiola y José Ramón Ramos, éste procedente del Estudiantes. Con estas incorporaciones se inició el asalto al trono de los milaneses. Al no haber revalidado el título de Liga, el Madrid necesitaba ganar la Copa de Europa si quería estar la próxima edición en esta competición. Raimundo Saporta, en una maniobra genial, consiguió que las semifinales y final se jugasen en el recién inaugurado Pabellón de la Ciudad Deportiva, donde el apoyo de los aficionados sería un importante factor. El Madrid pasó a la final con apuros, derrotando por 88-86 al Olympija de Ljubljana. Así, el 1 de abril de 1967 resultó la fecha elegida para saldar cuentas con el vigente campeón, el Simmenthal de Milán. El empate a 45 al descanso, reflejaba la titánica lucha de ambos contendientes. Emiliano (29), Aiken (23) y McIntyre (14) y su labor en defensa, mantenían al equipo blanco. Sin embargo fue Luyk (17), hasta entonces aletargado, quien abatió con su clásico gancho al cuadro italiano, dejando el marcador en un definitivo 91-83. J. R. Ramos (4), Sevillano (2), Monsalve (2) y Sáinz fueron los otros participantes. La final se televisó en directo para toda España, que pudo ver al Real Madrid conquistar su tercera Copa de Europa y reinar de nuevo en el viejo continente. También se ganó la Copa del Generalísimo.

Para la temporada 1967-68, Ferrándiz se sacó de su chistera a un americano rubio y pálido, escolta de 1,93 metros llamado Wayne Brabender, que sustituyó a McIntyre. Aunque sus comienzos fueron difíciles, su formidable tiro en suspensión y su entrega en la defensa hicieron de él un jugador legendario. También se incorporó Cristóbal Rodríguez. El equipo estaba en la cúspide de su juego y los rivales fueron cayendo hasta llegar a la gran final de Lyon, el 11 de abril de 1968, frente a un viejo conocido: el Spartak de Brno. El equipo checo era favorito por la baja de Sevillano, y aún más cuando a los pocos minutos Emiliano debió abandonar la cancha por problemas en la espalda. El encuentro fue a cara de perro, sin concesiones (52-49, al descanso para el Madrid), y a pesar de que Brabender y Luyk fueron eliminados por personales en los minutos finales (con ventaja de 84-74), el Real Madrid conseguía imponerse por 98-95, con la inmensa figura en la cancha de Aiken y el trabajo de los suplentes. Las actuaciones portentosas de Aiken (26), Luyk (24), Brabender (22) y Nava (10), éste sustituyendo a Emiliano, unido a la excelente dirección de J. R. Ramos (4) nos llevaron al triunfo. Sáinz (6), Emiliano (6) y Paniagua, fueron los otros participantes. Fue el último partido de Lolo Sáinz como jugador. El Real Madrid alcanzaba su cuarto cetro europeo en los últimos cinco años y dominaba Europa. También se recuperó el título de Liga.


En la temporada 1968-69, se ficha a Vicente Ramos, base de 1,80 metros, para cubrir la baja de Lolo Sáinz, y sube a los juniors Carmelo Cabrera (un genial base canario de 1,84 metros) y Rafael Rullán (pívot con una gran técnica de 2,07 metros). Wayne Brabender obtenía la nacionalización española, pudiendo jugar Aiken también la Liga. El 27 de marzo de 1969, el Madrid conseguía otra epopeya nunca conseguida antes por nadie: ganar en la cancha de TSKA de Moscú por 78-89. Esta proeza conmovió todo el deporte europeo e, incluso, el público moscovita ovacionó al equipo español cuando se despidió triunfante desde el centro del campo. No era eliminatoria directa y los soviéticos no quedaron eliminados. Todo lo contrario, serían los rivales del equipo blanco en la final disputada en Barcelona, el 24 de abril de 1969, recordada como las más dramática de la historia, necesitando dos prorrogas para decidirse. A falta de dos minutos, Luyk era eliminado por cinco faltas y con 80-75 para los blancos. Con el reloj marcando 25 segundos, el 81-77 parecía definitivo. Una rápida canasta de Belov y un grave error de Emiliano, que entró a canasta ante Andreev (2,15 metros) en lugar de aguantar el balón, permitió empatar el partido a los moscovitas en el último segundo: empate a 81. En la prórroga, y con empate a 93, Aiken falló una canasta imposible de errar, una bandeja fácil que hubiera dado el triunfo al equipo blanco. Ferrándiz, llevándose las manos a la cabeza, fulminó con su mirada al americano. En la segunda prórroga, con el Madrid diezmado por las personales, el TSKA logró llevarse la victoria por 103-99, con el público barcelonés apoyándoles. El heroico partido de todo el conjunto merengue no fue suficiente ante la mala suerte y las actuaciones de Belov (19), Krapanov (18) y el gigante Andreev (37). Por el Madrid destacaron Aiken (24), Luyk (20), Brabender (20), Emiliano (18) y V, Ramos (9). También jugaron Nava (4, Cristóbal (4) y J. R. Ramos. Se logró el título de Liga. Al terminar la temporada, Aiken abandonó el equipo y Sevillano tuvo que retirarse por una lesión de rodilla, se cerraron las fronteras a los extranjeros para jugar la Liga en España, y el Real Madrid acababa un ciclo de oro con siete finales en ocho años y cuatro Copas de Europa conquistadas. Comenzaban cuatro temporadas mediocres en el viejo continente, al no dar con los extranjeros adecuados, faltos de ritmo sin poder jugar la competición nacional. Todo volvería a la normalidad en la temporada 1973-74, iniciándose la segunda edad de oro del Real Madrid.  Pero eso será otra historia.


José Quijada Rubira.

viernes, 11 de abril de 2014

APÁTRIDAS EN ESTA IRRECONOCIBLE ESPAÑA

Que la izquierda en España nunca ha defendido lo español, es evidente e patente. Que reniega de todo lo que huele a España y anatematiza todo su pasado, no importa el momento o la época histórica a que se refiera, es consustancial a ella. Que siente aversión y ojeriza a la bandera roja y gualda de España, es sabido y comprobado día a día con multitud de ejemplos. Que el denigrar e insultar a las Fuerzas de Orden Público y a nuestras Fuerzas Armadas forma parte de las características esenciales de la izquierda, es tan obvio y aplastante que nadie, en su sano juicio o con un mínimo de intelecto sano, discute. Que la izquierda en España –que no española- siempre ha intentado socavar y dinamitar las raíces de la cultura latina y cristiana que dieron lugar a la formación de la nación, está a la vista de cualquiera que quiera indagar en su tenebroso y terrorífico pasado. Que la izquierda en España es un anacronismo decimonónico, obsoleto en ideas y métodos, es fácil de advertir con sólo observar sus acciones y discursos, que apestan a rancio y analfabetismo. Que la izquierda en España es la única izquierda de la Europa democrática que no defiende a su patria, es tan elocuente como lo demuestran símbolos, banderas e imágenes que sacan a relucir en cada ocasión, anclada en un pasado del que nunca sale, instalada para la eternidad en ese lodazal mugriento y hediondo de su ideología exterminadora de la humanidad.

Para los que creemos y nos sentimos orgullosos de España y su pasado, todo lo anterior es una penitencia con la que tenemos que vivir, soportándolo de la mejor manera posible. Pero era algo con lo que contábamos de antemano, sabedores de la esquizofrenia marxista y salvaje de la izquierda en España. Estábamos preparados para ello, acostumbrados a esa lucha, sabiendo quienes eran los abanderados de la España milenaria y verdadera, quienes eran los protectores de los valores de la España que comenzó a gestarse con Leovigildo en el año 572, que concibió a Hispania como un todo, no sólo cultural, sino también político; y su hijo y sucesor Recaredo, con el trascendental III Concilio de Toledo en el año 589, donde el concepto nación pasó a ser una sociedad civilizada con aspiraciones de independencia política basada en una autopercepción cultural.

Sin embargo, nos hemos encontrado un enemigo inesperado al que creíamos de nuestro lado: es el gobierno supuestamente de derechas del PP con su gallináceo presidente Rajoy al frente y su política del avestruz, con la desidia y la cobardía más abyecta como emblema. Ha traicionado a una gran mayoría de sus votantes, incumpliendo lo que prometió realizar en su programa electoral y, lo que es más grave, ha engañado a España con su desafección al gravísimo problema del separatismo -al que no pone freno- y la suelta de los asesinos etarras. Si la derecha ha sido siempre defensora de las raíces de España, de sus tradiciones y su historia, con este gobierno felón ha cambiado radicalmente su posicionamiento. Ya no distinguimos la desastrosa política de enfrentamiento de Zapatero de la indolente y servil de Rajoy, con un Ministro de Interior llamado Fernández Díaz, que desampara y humilla sin pudor alguno a las Fuerzas de Orden Público, como ha quedado comprobado en los acontecimientos de la inmigración en Ceuta y Melilla o los incidentes del 22M; con un Ministro de Asuntos Exteriores, García-Margallo, que es capaz de desvaríos insultantes como comparar el asunto de Crimea con el de Cataluña; con un Ministro de Justicia, Ruíz Gallardón, que manipula y nombra jueces en la misma medida que lo hace la izquierda, siguiendo la componenda de casi 30 años; con un Ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, que lleva a cabo una subida brutal de impuestos que deja pequeña la que impondría Izquierda Unida. Un gobierno que permite que Bolinaga siga en libertad y que ha liberado a varias decenas de asesinos, violadores y terroristas, es un gobierno en descomposición total, de una vileza y degeneración difíciles de igualar, donde una gran parte de la sociedad se encuentra indefensa, huérfana, impotente y extraviada. Incluso la monarquía, llena de escándalos y corrupción, amenaza con derrumbarse y ya no es el estandarte de la patria. Nos preguntamos por la España que anhelaba Manuel José Quintana, uno de los grandes poetas de la ilustración: “¿Qué era, decidme, la nación que un día reina del mundo proclamó el Destino, la que a todas las zonas extendía su cetro de oro y su blasón divino?”.

A pesar de no tener nada seguro y fiable donde poder asirnos para mantener la esperanza de el regreso de la España heroica y gallarda, orgullosa de sus gestas sin parangón y de su imperio donde no se ponía el sol; de la falta de los grandes hombres que la hicieron posible, derramando hasta la última gota de sangre; de la terrible sensación de sentirnos apátridas en nuestra propia patria, extraños en la nación que nos vio nacer, prefiero ser positivo y recordar las palabras que el gran San Isidoro, obispo católico de Sevilla, expresó en su célebre “Laus Hispaniae”, hacia el año 620: “De todas las tierras que se extienden desde el mar de Occidente hasta la India, tú eres la más hermosa, ¡oh sacra y siempre venturosa España, madre de príncipes y pueblos!”.

José Quijada Rubira 

miércoles, 12 de marzo de 2014

DEL BOSQUE O LA NECEDAD BENDECIDA

El marqués Del Bosque siempre ha demostrado ser un español íntegro, de los pies a la cabeza, sin mostrar duda o vacilación en pos de la defensa de España y su unidad. Por eso dijo, el 13-09-2012, que “Los catalanes están en su derecho de defender su independencia”, sentenciando a continuación que “Cada pueblo debe tener la libertad para elegir su futuro”. Todo un ejemplo de solidaridad y comprensión para con el pueblo catalán, que es digno de admiración y que debemos seguir todos a rajatabla sin importarnos romper más de cinco siglos de unidad y conculcar la Constitución de 1978. Los designios del marqués deben ser obedecidos sin alteración o desvío, no vayamos a perturbar o inquietar a los medios de comunicación que mantienen en la cúspide de la sapiencia a tal monstruo de la naturaleza, versión moderna de Lope de Vega.

Otro ejemplo del amor a España que desprende e irradia Del Bosque, fue con la llamada a la selección de Markel Susaeta que, emulando el aprecio insoslayable del técnico salmantino a la patria, evitó pronunciar la palabra “España” en la rueda de prensa anterior al partido (13-11-2012), diciendo: “Sabemos que nosotros representamos una cosa que, bueno… tenemos que darlo todo y respetar bajo todos los conceptos”. Tan sabias y diáfanas palabras no las habría mejorado ni el gran Mario Moreno “Cantinflas”. Presto y rápido el marqués, tan bondadoso e indesmayable protector de todo lo español, acabó con el tema al día siguiente: “Lo único que hizo fue omitir una palabra y no hizo nada adrede… y no tenemos que tener maldad de pensar una cosa que él no estaba pensando”. Para terminar con un tranquilizador “Para nosotros no ha habido ninguna polémica”. Las obras completas de Santa Teresa se quedan en nada comparadas a este espíritu seráfico.

Sobre el enfrentamiento en las semifinales de la Copa del Rey entre el Real Madrid y el Atlético, expresó desde lo más hondo de su pensamiento que “Hay algunos episodios y cosas que no me gustan y no me gustan”. Concluyendo su profundísima, vasta y penetrante reflexión con “…Soy comprensivo, pero no me gustan”. Frase lapidaria y culmen del raciocinio, ante la que uno se siente empequeñecido y absorbido por la gigantesca figura intelectual y pía de tal prohombre.

Su talla insigne y preclara, de hombre eximio y recto, que respeta y acata el Estado de Derecho y la persecución del delito y la corrupción, lo confirma y corrobora con el caso Cardenal y su artículo sobre el Barcelona, afirmando: “Hay que andar con prudencia en este caso… y no estoy en posición de inclinarme hacia nadie”. Es decir, que entre la corrupción y la ley que la persigue, adquiere una postura neutral. Fantástico. Pero esa ambigüedad no podía durar en un cerebro tan privilegiado, en un filósofo y pensador de su inabarcable cultura y sapiencia y, horas más tarde, expresaba: “Siempre estoy de acuerdo con lo que diga el presidente del Consejo Superior de Deportes (Miguel Cardenal), un hombre cabal y sensato, que trata de unir más que desunir. Es mi respuesta a la lectura… Que los distintos territorios de nuestro país estén lo más unidos posible. Yo lo interpreto así”. Uno se queda más tranquilo sabiendo de qué lado se postula este fénix de los ingenios, que nos dice por dónde debemos caminar y cómo debemos obrar, y que siempre está en todas las polémicas para darnos sus inapreciables consejos que, saliendo de su boca, son dogmas que debemos respaldar, imitar y alentar.


Don Francisco de Quevedo y Villegas, partiendo de la generalización de la necedad, distingue entre necios, mazacotes o majaderos, y modorros. Llama necios a aquéllos a los que es necesario tratar para entender lo que saben. Llama mazacotes o majaderos a los que, en cuanto empiezan a hablar, ya nos dan a entender lo que son con las palabras que dicen. Y son modorros los que se conocen sin hablar, con sólo mirarles las trazas, el traje y el talle. El marqués Del Bosque es un mazacote, que canta su gallina clueca en cuanto abre la boca. A veces va disfrazado de lo contrario que es y hasta presume de tal incongruencia o paradoja, pero abre la boca y, zas, se autodefine categóricamente. Muere como pez fuera del agua.


José Quijada Rubira.