lunes, 17 de febrero de 2014

CINE ESPAÑOL O EL FRACASO DE LA INEPTITUD SECTARIA

Todos los años se repite la astracanada, de manera calculada y milimétrica en la gala de Los Goya, como si fuese el día de la marmota de “Atrapado en el tiempo”, convirtiendo la supuesta fiesta del hipotético cine español en un mitin político del más rancio sectarismo decimonónico, donde el lobby de la “ceja” expande toda la bilis acumulada por su falta de éxito y  su mediocridad insalvables, en un ejercicio palmario de demagogia barata. Nunca tienen culpa de nada y el fracaso les hace más audaces. La autocrítica no existe para ellos. Están empeñados en elevar la inanidad de su “cine”, de sus inexistentes méritos creativos, de su carencia de talento, a un pedestal de adoración, de manera que están ante una atroz disyuntiva: mostrar públicamente sus vergüenzas o cubrirlas burdamente con un velo. Y eso es lo que hace este cuadro colectivo de incompetentes, tapar sus  nulos “logros” de cada año con el manto de la reivindicación y la protesta panfletaria más cerril, zafia y grosera; un arcaísmo disfrazado de modernidad que nos retrotrae a otros siglos. Y como el yonqui que necesita su dosis diaria para sentirse vivo, los Goya se transforman en su inyección permanente y supurante de los peores humores y venenos ideológicos, en su dosis anual que les hace evadirse de la realidad, y que es recibida con arrobo y entusiasmo sonrojantes, como buenos maestros de una mendacidad lacayuna, donde se aplaude todo, orgullosos de su limitación mental.

Porque todo lo anterior choca con la realidad aplastante de los datos, que no dejan lugar a la duda. No ha habido ninguna película española seleccionada para los grandes festivales europeos: Cannes, Berlín, Venecia, César, Bafta, Donatello… son los ejemplos más claros. Además, se elige para competir en los Oscar a uno de los mayores bodrios perpetrados este año y de otros muchos años: “15 años y un día”, que fue rechazada como era de suponer.  La película española más taquillera del año en España es “Mamá”, que se encuentra en el puesto 15 (con 8 millones de euros), y que es una coproducción entre Canadá y España. Pero la primera cinta producida íntegramente en el estado, “Zipi y Zape y el club de la canica”, se encuentra en el puesto ¡27!, con 5 millones de euros de recaudación. Otras muy renombradas, como “Los amantes pasajeros”, de Almodóvar o “Las brujas de Zugarramurdi”, de Alex de la Iglesia, no llegan a los 5 millones. La cuota de pantalla del cine estatal cayó cinco puntos porcentuales y medio, hasta un 16% menos que el año 2012. Desde 2004, cuando se recaudaron más de 691,6 millones, la caída acumulada es del 26,5%, lo que confirma la decadencia sin paliativos y sin freno del cine español.

Otro tema que pone de manifiesto la debacle del cine español es el de las subvenciones, que superan la recaudación de las cintas en los años 2008, 2009, 2010 y 2011. En 2012, “Lo imposible” (con 40,5 millones, un tercio de la recaudación del año) impidió la tendencia de años anteriores. El ICAA, el Instituto de la Cinematografía y de las Artes Audiovisuales, es el organismo que reparte estas ayudas. Como podéis leer en la web del Ministerio de Cultura, es “un organismo autónomo adscrito a la Secretaría de Estado de Cultura que planifica las políticas de apoyo al sector cinematográfico y a la producción audiovisual”. Este organismo público tiene un gasto que pagan todos los ciudadanos españoles. De tal manera que, en 2010 las subvenciones al cine fueron de 81.068.318, 03 euros, pero el estado de liquidación del presupuesto del gasto del ICAA era de 120.698.560 euros en el BOE del 21 de septiembre de 2011. Cerca de 40 millones de euros más de gasto. Es decir, que en 2010 se gastó de fondos públicos para cine español 120.698.560 euros y se recaudó en taquilla 80.277.621,54 euros, más de 40 millones de euros de déficit. Además, el cine español también recibe ayudas de las comunidades autónomas, las televisiones públicas autonómicas y privadas y RTVE. Cada comunidad autónoma tiene sus normas que pueden ser desde utilizar la lengua autonómica hasta convocar subvenciones para cortos y largos, pasando porque la acción transcurra en esa comunidad. Las televisiones públicas participan en proyectos, mientras las televisiones privadas tienen la obligación de invertir un 5% de sus ingresos brutos anuales en cine, lo que supone más de 90 millones que cada año tienen que destinar por ley sólo al cine español, que sumado a los 33,77 millones aprobados por los presupuestos generales para el año pasado, alcanza una factura que eleva a más de 130 millones de euros las ayudas públicas que recibió el sector cinematográfico español en 2013, frente a los apenas 72 millones de euros que recaudaron en taquilla ese mismo año las películas españolas, siendo el 14% de la cuota total de mercado y un balance de casi 60 millones más de subvenciones recibidas que de ingresos.

Por otra parte, también resulta fraudulento cómo se otorgan los distintos tipos de subvenciones, exigiéndose para percibir la llamada “ayuda complementaria” una recaudación mínima determinada, según un baremo aprobado: si una película recauda 300.000 euros, se le dan 45.000 euros; si recauda 200.000, pues 30.000 euros de ayuda; si recaudase 1 millón de euros, 150.000 euros de subvención. Una vez conseguida la recaudación mínima exigible para la ayuda complementaria, la cuantía de la subvención depende de la inversión del productor, no pudiendo superar el 33% de la misma hasta un máximo de 700.000 euros. Es decir, si realizas una película con un coste superior a 2,1 millones de euros y alcanzas el límite exigido de recaudación, recibes 700.000 euros, la máxima subvención. Si el coste es menor, la subvención va bajando… Por lo pronto podemos observar algo extraño: que una película recaudando 330.000 euros en taquilla podría obtener una subvención de más del doble o el triple, lo que significa que la cantidad recibida es mayor que la cantidad necesaria para recibirla. ¿Creen ustedes que esto se produce en casos aislados? Nada de eso. Entre los años 2005 al 2009, ambos inclusive, no menos de ¡170! películas han sobrepasado por poco, sospechosamente, el límite mínimo exigido para obtener la subvención. Sorprendente que tantas películas recaudan justo por encima del baremo obligatorio, lo que es indicativo de la adulteración de los datos para obtener las ayudas. Y dice González Macho, presidente de la Academia de Cine español, que “No hay ningún cheque en blanco. Las ayudas a la amortización se dan en función de los rendimientos en taquilla”.

La incontinencia verbal no tiene límites en ese desfile de vanidades y de fatuidad en que se convierte la gala de Los Goya de cada año, donde el talento y la creatividad es sustituido por las demandas y las quejas de todo tipo y contra todo el que no siga sus directrices impostadas. Todo cabe menos el CINE, que siempre está ausente y no aparece por ningún lado, aunque se le busque con lupa, como huyendo despavorido y aterrorizado de esa cuadrilla de retroprogresía grotesca, ridícula, mezquina, vulgar y perdedora. Desde la Verdú y su lastimosa película, pasando por el ejército rojo de los cien mil hijos de Bardem, hasta el presidente González Macho que, sin sonrojarse, expresó en su diatriba: “Hacer cine hoy es un acto heroico”. Lo que de verdad es un acto heroico, una gesta épica, es ir a ver una película española y aguantarla entera. El alcanforado y caduco cine español, mengua de tal manera que ya no alcanza a proyectar su sombra.



José Quijada Rubira.

domingo, 9 de febrero de 2014

F. C. BARCELONA: CAUTIVO DE LA GRANDEZA DEL REAL MADRID

Aparentemente, el destape de las auténticas cifras del fichaje de Neymar sólo ha sido un incidente más en la escandalosa historia del Fútbol Club Barcelona. Nada más lejos de la realidad. Por vez primera, a pesar de los esfuerzos ímprobos de sus medios y periodistas cortesanos, a los que subvenciona y dicta su manera de proceder, el club blaugrana ha perdido la partida, de manera definitiva, ante los ojos del mundo. De nada les vale que traten de desviar la atención culpando al Madrid de todos sus males y errores, con argumentos conspiranoicos que producen alipori y descubren, todavía más si cabe, su patología paranoica hacia el equipo merengue; su resentimiento lleno de complejos insuperables que tienen su origen en su frustrado fichaje de Di Stéfano, allá en 1953, que les ha imposibilitado llevar una existencia normal desde entonces; les ha impedido vivir su propia historia, reos de lo que hacía o dejaba de hacer su eterno rival, presos de la gigantesca sombra del club blanco.

Pero lo que ha abierto la caja de Pandora del desvarío y el esperpento azulgrana, no son los 95 millones de euros que costó el fichaje de Neymar, como revelan los documentos que tiene en su poder la Audiencia Nacional, ni los 63 millones que le puede reclamar la Agencia Tributaria por el baile de cifras de esos 38 millones de diferencia; tampoco el salario encubierto de esos 50 millones de euros desembolsados a la sociedad N&N, a la que pertenece el futbolista y su padre, y que es una empresa fantasma según la información de Globoesporte, medio de comunicación brasileño; ni siquiera el coste de 158 millones de euros que le puede suponer el montante total de la operación al Barcelona, cifras que ya desveló Florentino cuando renunció a su fichaje y que Eduardo Inda corroboró en su denuncia en “El Mundo”. Lo que realmente ha agrietado, horadado y resquebrajado la descomunal impostura, corrupción y proceder mafioso del club barcelonés, mostrando al mundo toda su repugnante depravación, es su proceder y sus declaraciones posteriores al estallido del affaire Neymar, que han sido el sumun de los despropósitos y que les ha retratado para la eternidad, sin “valors” pero con las vergüenzas al aire y ante la mirada de todos. Son pocos días, pero los ejemplos son numerosos y diáfanos:

1). Rosell: “El fichaje de Neymar es correcto, pero ha provocado la desesperación y la envidia de nuestros adversarios” (23-01-14).
2). Bartomeu: “Perdimos a Di Stéfano en los despachos, pero no perderemos a Neymar” (25-01-14).
3). Bartomeu: “Neymar ha elegido el Barsa frente a otras ofertas que le ofrecían más dinero” (25-01-14).
4). Bartomeu: “Ahora tenemos a Messi y Neymar, que tienen un potencial enorme, e inspira temor a nuestros rivales” (25-01-14).
5). Bartomeu: “Rosell ha dimitido por otras razones” (25-01-14).
6). Bartomeu: “Los 57 millones son la cifra real del coste del fichaje para el Barsa” (25-01-14).
7). Bartomeu: “Había una oferta en concreto, que el padre de Neymar nos enseñó, que pagaba 100 millones” (25-01-14).
8). Bartomeu: “Nos gustaría pensar que no hay nadie detrás de este asunto con interés en perjudicarnos” (25-01-14).
9). Bartomeu: “Si no ganan en el campo, intentan ganar en los despachos” (27-01-14).
10). Bartomeu: “Allí, en Madrid, hay un fiscal que no sabemos quién es, no es uno de los nuestros” (27-01-14).
11). Bartomeu. “Se debería haber hecho la denuncia en casa. Nos han intentado hacer daño, pero no lo han conseguido” (27-01-14).
12). Bartomeu: “Cuando el proceso acabe, tomaremos la iniciativa. Sabemos quién lo hizo” (27-01-14).
13). Bartomeu: “La prensa de Madrid no es independiente…Los periodistas que trabajan en Cataluña son independientes” (28-01-14).

Culmina toda esta inquina irracional hacia el Real Madrid y lo que representa, con una desquiciante pirueta de cinismo del propio Bartomeu (“No tengo madriditis”) y el Tata Martino declarando que no sabe qué es la “madriditis”. Todo llega bendecido por el “establishment” independentista catalán y la complicidad bien pagada de los mass media y periodistas que trabajan bajo su mandato, como es el caso de Javier Bosch y su alucinación persecutoria hacia Florentino Pérez que, según este sujeto, llamó a Aznar y éste hizo lo propio contactando con Ruiz Gallardón, ministro de Justicia, para que presionara al fiscal. Estas acusaciones surrealistas han llevado al presidente del Real Madrid a emitir un comunicado en su defensa y, si no hay rectificación, demandar al gacetillero servil y sumiso a su dueño.

Hasta ahora toda su corruptela y altercados les había salido casi gratis, a pesar de la  gravedad de muchos de ellos, disfrazando toda su putrefacción de “valors” y “humildat”, infectando y engañando a cantidad de aficionados con su inmensa impostura. A vuela pluma, podemos recordar unos cuantos:
-Beguiristain y su cuñada etarra Lierni Armendaritz, condenada a 57 años de prisión por sus actuaciones en el comando Barcelona, vinculada a 4 asesinatos, incluido el del ex ministro Ernest Lluch.
-José Luis Núñez, expresidente del Barsa, que ha sido condenado a 2 años y dos meses por sobornar a inspectores de Hacienda en Cataluña.
-Laporta, expresidente del Barsa, y sus dispendios a cargo de las arcas del Barsa, con lujosos viajes y fiestas, y elevadísimas minutas a sospechosos dirigentes.
-Los casos hirientes del futbolista Abidal y el baloncestista Pete Mickeal, que con graves enfermedades fueron traicionados y abandonados a pesar de prometerles su renovación, como hizo el propio Bartomeu.
-Messi y el fraude fiscal de más de cuatro millones de euros, y el presunto blanqueo de dinero de la droga por parte de su padre.

El victimismo les ha durado sesenta años, igual que el presentarse como un bastión del antifranquismo cuando la realidad y los datos son tozudos: es el club que más Copas del Generalísimo tiene (9), junto al Atlético de Bilbao; ganó 8 Ligas (7 en los 20 primeros años del régimen de Franco), tardando el Real Madrid 15 años en ganar su primera Liga en la dictadura; único club que concedió hasta dos Medallas de Oro al anterior Jefe del Estado (en 1971 y 1974), después de que el régimen allanara el camino para levantar el Camp Nou, la pista de Hielo y el Palau Blaugrana, con una recalificación de terrenos “ad hoc” por parte de Franco que saldó la deuda de más de 200 millones de pesetas en 1965 y una subvención de 43 millones de pesetas en 1971. Pero esta vez han llegado muy lejos y ya no les vale el bálsamo reparador que es culpar al Real Madrid; ya no tienen un ungüento mágico o un antídoto que oculte su tremenda inmoralidad y sus métodos de camorra napolitana. Solo hay que ver la cascada de acusaciones que se vierten sobre el club y dirigentes: La fiscalía del Santos investiga el traspaso de Neymar; Brasil pide ocho años de cárcel para Rosell; el presidente del Santos diciendo que “El padre de Neymar quiso sacar dinero hasta del césped”; Santos y DIS (que poseía derechos de Neymar), sopesan denunciar al Barsa ante la FIFA; El Santos llevará ante la justicia a Neymar por los 40 millones; Laporta pide al juez que imputen a toda la Junta de 2003; Ingla, exvicepresidente azulgrana, pide adelanto de elecciones ante el deterioro de la imagen del club… y sólo acaba de empezar.

Por último, decir que el director deportivo del Barsa, Zubizarreta, ha definido a la perfección lo que es el club blaugrana: “Es un club especial, diferente, rico y vivo. Aglutina familias de diversas procedencias. No hay un pensamiento único”. Sin duda, Andoni: especial y diferente, por su actuación mafiosa; rico y vivo, de corruptelas y componendas; aglutina familias de diversas procedencias, de la “cosa nostra” del secesionismo catalán; y no hay un pensamiento único, ya que no está permitida la facultad de pensar y sólo vale el “ser uno de los nuestros”. Es un “apartheid” nacionalista en toda regla y el que no pasa su filtro o se mueve, no sale en la foto. Para botón de muestra, los ataques furibundos que ha recibido Pujol por el nombre que ha puesto a su hija: Manuela. El Fútbol Club Barcelona es “más que un club”: es un títere del nacionalismo catalán; una marioneta del secesionismo aldeano y fanático que impera hoy en Cataluña; un pelele en manos de una ideología de un sectarismo propio del fundamentalismo talibán.

José Quijada Rubira.